//Ana Ellstein
El día estaba perfecto, el sol nos saludaba desde su lugar, la lluvia del día anterior nos brindaba un sitio de olores refrescantes, el pasto no podía estar más verde, y cada uno de los asistentes podían dar crédito de aquella atmósfera tan relajante que la naturaleza nos había otorgado.
Nuestra clase de Yoga al aire libre en el jardín, contó con un promedio de 30 alumnos, casi todos portando ropa blanca, listos para disfrutar de una hora mágica, llena de ejercicios que armonizaban con el medio ambiente.
Comenzamos con ejercicios de estiramiento y relajación mágicos, impartidos por la maestra Lizet Afya, quien se ha convertido en toda una institución de la Yoga, con su gran talento y entrega, escuchando música tenue, llevando puestas las coronas llenas de flores.
El tiempo voló, al terminar PUNTO CDI MONTE SINAI montó un tablón con fruta y miel exquisitas, además de agua para refrescarnos. Todo el tiempo se vivió una atmósfera de relajación e interacción de energía con los elementos de la naturaleza que nos rodeaban. La convivencia que se llevó a cabo al final entre los asistentes se prolongó hasta la tarde, siendo este un claro ejemplo de la energía positiva que rodeó la sesión.
Los esperamos en las próximas ediciones de esta clase tan especial.
