//Demian Novizky
El pasado domingo 9 de noviembre, las instalaciones del CDI vieron una vez más llegar a los pequeños que forman nuestros Equipos Representativos, en esta ocasión un poco más temprano de lo habitual, pues se tenía que cubrir un compromiso en el Estadio Azul, y por ser aquí valía la pena madrugar y llegar antes de que la luz del sol apareciera.
Quince minutos antes de las 7:00 horas, debíamos encontrarnos con los chicos de las categorías 06 de nuestras Fuerzas Menores, y para sorpresa nuestra, muchos de ellos lo hicieron con anticipación dado el entusiasmo que la actividad provocaba, los pequeños que pertenecen a la nueva generación 07 fueron citados a las 7:30 horas, los equipos 04 y 03 Morados también nos acompañarían en este horario. Apenas los chicos llegaban y llenaban el espacio de encuentro acompañados por sus padres, partimos hacia la zona de camiones donde pronto nos colocamos en uno de estos, y junto a compañeros de generación y algunos padres de familia, partimos ansiosos a lo que sería la experiencia de un juego extraordinario.
Ya en las afueras del recinto, se podía sentir más la emoción que se respiró durante el traslado, y ansiosos los chicos bajaron largas escaleras hacia la cancha por donde lo hacen los jugadores de primera división, quién sabe que pasaría en esos momentos por todas esas pequeñas cabezas, seguramente cada uno con diferentes expectativas de lo que sería jugar en el pasto donde juegan los grandes futbolistas.
Los partidos dieron inicio de la manera pactada, los nervios fueron saliendo de cada uno de los chicos con el correr de los minutos, en la invención de jugadas y viendo cómo su equipo en el correr de los segundos se acercaba cada vez más al marco rival ya a punto de marcar el primer tanto.
Apenas el balón tocó la red, la cascada de goles en cada una de las canchas donde el CDI jugaba inició, y no se detuvo hasta que los árbitros silbaran los finales en cada encuentro, he de mencionar que para que esto se pudiera presenciar, frente a cada uno de nuestros grupos tuvimos dignos rivales, que también vivieron la visita al estadio como única, y lo que se podía ver en cancha era a un par de rivales deportivos entregados al mil por ciento durante esos instantes a lo más importante de la mañana del domingo, rivales que con su trabajo nos igualaban en número de goles en el marcador, o que en ocasiones hasta nos superaban, los padres serían las personas más indicadas para poder describirnos las emociones que cada jugada generaba también en las tribunas.
Estamos seguros que la experiencia para cada uno de nuestros chicos fue inolvidable, y que los minutos en que participaron de estos juegos quedaran en sus memorias deportivas como algo bastante grande, que marcó una parte de sus vidas y que han de contar en algún momento de sus historias deportivas dentro de la Casa de Todos.
Abrazo de gol
