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Del Verbo Emprender, conflictos de hermanos

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Salo Grabinsky

Entre los múltiples problemas y neurosis psicológicas que se presentan en nuestra sociedad moderna y que, por supuesto, vienen de siglos y en todas las sociedades, está la rivalidad que se da entre hermanos dentro de una familia, buscando el afecto o el poder de sus padres y abuelos. Las pugnas han sido motivo de guerras, fraudes, homicidios y otras lindezas de la naturaleza humana. 

Sé que no estoy descubriendo nada nuevo, y como asesor de negocios entre hermanos y demás familiares, he visto infinidad de casos. 

Hay que ser objetivo, y saber diferenciar entre los pequeños problemas de celos y peleas que no pasan a mayores entre niños y adolescentes (y adultos también), lo cual es normal y se resuelve fácilmente con cariño y comunicación abierta y otros que trascienden.

Voy a dar un par de ejemplos que, dentro de las empresas familiares son bastante comunes:

1.- El primogénito que no puede llenar las expectativas de su padre, y que al ser impuesto por él a la dirección de la empresa como sucesor, provoca el caos y el resentimiento de otros miembros de la familia dueña, acabando con el negocio y la armonía.

2.- La pugna cada vez más frecuente de género, cuando mujeres preparadas profesionalmente, con mayor capacidad y liderazgo son relegadas por sus hermanos a labores secundarias, con la aprobación tácita o abierta de su padre y el silencio de la madre. 

1.- En el primer caso, un gran problema viene de los extremos en la actitud del fundador con su hijo en el negocio: O lo aplasta y ridiculiza ante todos para enseñarle a ser “patrón”, y seguir su ejemplo o, lo consiente y le da un puesto muy por arriba de su experiencia y lo aísla sin dejarlo tomar decisiones operativas y equivocarse. Los empleados y sus otros familiares, lo notan y le pierden el respeto. En un futuro habrá conflictos, ya que el joven en el primer caso está resentido con su padre y con una baja autoestima, que le afecta a su vida personal y de trabajo. En el segundo caso, la arrogancia del “hijo de dueño” aunada a una serie de errores, hacen que bajen notablemente sus posibilidades de éxito.

2.- Las mujeres dentro de los negocios han estado luchando cada vez más por obtener oportunidades y crecimiento, aunque hay mucho por hacer. 

En la empresa familiar la lucha es menor, pero hay todavía los estereotipos machistas de hermanos, que consideran que el papel de la mujer es en casa y, en un segundo plano, como ayudantes de bajo nivel con tiempos flexibles, y dejar que ellos manejen el negocio. 

Puedo asegurarles que en el corto plazo, en muchas empresas van a trabajar al más alto nivel hermanos(as) y familiares, incluso de distinta orientación religiosa y de género, y el proceso de ajuste aunque doloroso es irreversible.

Hay que proponer a las empresas, donde hermanos y otros familiares trabajan y son socios, que pongan atención a la profesionalización de sus organizaciones, mediante un proceso de selección, evaluación y crecimiento de su fuerza de trabajo, empezando con los miembros y evaluando su capacidad, potencial en igualdad de oportunidades para mantener la unidad y continuidad. 

Lo subjetivo y visceral en las relaciones entre padres y sus hijos o entre hermanos, puede causar serias secuelas y no necesito ser el doctor Freud para observar cómo echan a perder a personas y a sus seres queridos.

La ayuda profesional en casos difíciles, puede aminorar problemas, pero casi todas las familias, tienen la capacidad de darles a sus hijos el cariño, atención y autoestima necesarios para ser personas felices y maduras, además de productivas en lo que hagan. 

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