//Perengana
Acerca de la trillada crítica que la gente hace del uso de los smarthphones, es cierto, todo mundo está pegado a su maquinita portátil, los ojos solo tienen una dirección, la comunicación y la grata lectura de unas horas se convierte en rápida información, el amor ya es electrónico también, pulsa en el reloj un corazón que se transmite directo a la pareja, las cuentas, los mapas, los taxis, las recetas, los saludos, la amistad, el self, el más self de todos ahí, ya sin opción de escapar de la mala fotografía que a propósito me tomó mi amiga para el bullying, para también enseñar que uno la pasa bien, disfruta la vida, se compra ropa, joyas, escucha música, ve películas, tiene galán, hijos, nietos, primos, palancas con famosos, no hay defectos ni malas fotografías, todos somos perfectos y felices.Sin duda, el marketing digital es hoy lo más sofisticado gracias a las cookies, a la última búsqueda, la computadora conoce nuestros gustos, lo que estamos buscando, nuestras afinidades, preferencias, lugares preferidos, y el cargo en la tarjeta que acabamos de hacer cuando ni siquiera nos damos cuenta que ya gastamos y que tendremos que pagar cuando Siri lo recuerde.
Pero de esto ya se ha escrito mucho, qué aburrido, porque retomo ya ideas que uno encuentra en toda revista y periódico como si fuera ya, el que escribe, alguien retrasado en noticias, en creatividad, en lo que todos critican al que critica estos nuevos procesos de la comunicación humana, en la que nuestro cerebro ya no tiene que esforzarse de nada, solo importa la rapidez de la búsqueda, el movimiento de dedos en pantallas que se deslizan más sobre un artefacto que en nuestra propia piel. No estoy criticando, no estoy en contra, al contrario, nunca encontraba mi coche y ya hay un app para eso; nunca salía tan fácil con alguien y ya hay un app para eso; nunca me contestaban a tiempo para conseguir un vuelo, y ya hay muchas app para eso, y el que no sabe moverse en esos entornos virtuales, mañana o pasado, no podrá hacer absolutamente nada, porque hasta en el aeropuerto las máquinas dan el boleto, dan la cinta de la maleta y el contacto humano se ha perdido hasta con los cajeros guapos del banco.
Yo que siempre he estado en el prenivel del nivel paralelo por mis condiciones psicológicas, para que me entiendan, nunca entiendo dónde estoy, a veces me pierdo, me perdía, por el déficit de atención voy ya muchos años a terapia porque aunque a veces Siri no contesta, tampoco mi terapeuta por cumplir con la norma de la neutralidad, sin embargo, google map o waize me sabe decir cómo llegar a los lugares a los que nunca sabía llegar porque a veces en las calles de atrás de Palmas, me confundía pensando que estaba ya en República del Salvador o Bucareli, pero ya también hay un app para eso.
Y si quiero no platicar ni saludar ni congeniar ni sociabilizar, ya hay un app para eso, hago de cuenta que estoy hablando por el cel, y me funciona mucho si llego a un restaurante primero que mi cita porque cuando no existían las apps, me costaba mucho trabajo no mirar nada y me sentía como alguien totalmente abandonado. Bueno, eso es lo que pienso y al rato también habrá una app para eso. Y mientras tanto desbloqueo a quienes me cayeron gordos en la semana, a ver si mañana en snapchat aparece algo muy bueno que tendrá que desaparecer porque no alcanza ya tanta capacidad en las nubes para guardarlo por tanto tiempo.