Mi Cuenta CDI

Paraíso en Auschwitz

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Susy Anderman

Paraíso en Auschwitz se presentó en dos ocasiones, y próximamente se llevará a cabo una tercera función el jueves 23 de junio a las 20:00 horas , en el  Auditorio Carlos y Tere Metta del Centro Cultural Monte Sinai, organizado por Punto CDI Monte Sinai, con el fin de que el público cedeísta tenga oportunidad de ver el documental que llevó a Aarón y Esther Cohen a investigar y trabajar por un periodo de ocho años continuos en una intensiva búsqueda por conocer la experiencia de los niños del Gueto de Terezín (Theresienstadt) alrededor de la figura de Fredy Hirsch, un madrij de Macabi Hatzair en Alemania, que tomó la responsabilidad de crear en ese “…infierno un pequeño paraíso”.

A través de varias entrevistas realizadas hoy día a los adultos que vivieron esa infancia, relatan con detalle su visión y la experiencia de ser parte de ese grupo de niños y jóvenes. Se abre así,  a través de los diálogos, un enorme mapa de diferentes circunstancias que crean el ambiente que se vivió en Terezín, en donde los nazis querían disfrazar el campo, durante una visita de la Cruz Roja internacional, por lo que debía tener un buen aspecto, pero más tarde deciden trasladar a la población judía al Campamento Familiar de Birkenau. Los niños permanecerían en el bloque de la Sección BIIb, en la que Hirsch siendo alemán, logró relacionarse con los soldados de la SS para obtener ciertas ventajas, y especialmente establecer un  extraño vínculo con Josef Mengele, el sádico médico que realizaba experimentos con los niños que no corrieron con la misma suerte. A Fredy Hirsch se le permitieron ciertas consideraciones para sus niños, siendo su personal objetivo, el de crear un ambiente un poco menos deshumanizado para los prisioneros más pequeños de Birkenau, y ofrecerles así unos momentos de fuga fuera de la trágica realidad.

Con el guión de Sabina Berman, este documento se convierte no solamente en una nueva forma de dar a conocer el trágico acontecer de la Segunda Guerra Mundial en donde seis millones de personas fueron asesinadas, siendo su característica principal que es un hecho  único en toda la historia de humanidad, aunque por supuesto, han existido muchos genocidios pero ninguno marca como Solución Final, la intención de desaparecer a todo un pueblo de la faz de la tierra.

¿A qué se debe que no podemos dejar de hablar del Holocausto? ¿Para qué otro documental más con el tema? ¿No es suficiente todo lo que se ha escrito? No bastan los libros de Primo Levi, Elie Wiesel, Walter Benjamin, Theodoro Adorno, Hannah Arendt, Viktor Frankl, entre muchos otros. ¿Deberemos seguir exfoliando el trauma?

 Ya nadie puede ser un hombre normal después de Auschwitz porque el infierno ha sucedido y podría volver a suceder. Después del ejercicio de toma de conciencia, viene la respuesta del documento, el testimonio para quienes proclaman por el negacionismo. El trabajo de los Cohen, además de dar a conocer historias que se vuelven una gran historia, es una lección de verdad y realidad, es despertar la conciencia y la reflexión porque como decía Ernesto Sabato, “al ser humano se le están cerrando los sentidos” y hay que encenderlos.

Paraíso en Auschwitz por supuesto que no  fue un paraíso, pero cuando podemos ver que la entereza y los fundamentos del judaísmo lograron mantener las costumbres de vida, el valor de un pequeño corte de pan, los dibujos de los niños, la continuación de la obligación de la enseñanza, la educación, sin importar el día de mañana, porque quienes sobrevivieron Auschwitz, reconstruyeron sus días a partir de lo que constituía su modo de ser y sus propios criterios, y si los nazis lograron exterminar muchas vidas, nunca pudieron acabar con el legado judío, por eso Fredy Hirsch salvó a los niños. Hirsch no pudo sobrevivir, sin embargo, su ejemplo y los ideales que lo hicieron ser quedaron como ejemplo. Aquí nos anteponemos a lo que Kertész dice cuando habla del espíritu de Auschwitz en el que se filtró un veneno, “la sentencia que les había sido grabada a fuego”. Por el contrario, Hirsch se parece a Frankl, eligió la actitud con la que se afronta el sufrimiento.

Aarón y Esther Cohen pueden haber presentado una visión muy optimista del Paraíso en Auschwitz y a varios niños que sí se salvaron, que comían sopa, dibujaban, cantaban y hacían ejercicio, incluso los obligaban a bañarse en agua helada para no adquirir enfermedades, muchos así sobrevivieron.  En las entrevistas muestran nostalgia por Fredy Hirsch, es entonces que solo se necesita  un sueño más que una esperanza para poder afrontar cualquier circunstancia ¿se requiere de alguien que tan solo conduzca y motive? ¿Se necesita suerte o haber nacido en un lugar especial en el mundo?

Murieron un poco más de un millón de niños en manos de los nazis. De los niños de Fredy Hirsch sobrevivieron 90 gracias a que el Dr. Mengele los seleccionó cuando liquidó el campo familiar para ir a trabajar con los hombres. 

Auschwitz fue liberado el 27 de enero de 1945 por una división del Ejército soviético, los primeros aliados  entraron en el que fue el mayor y más mortífero campo de exterminio nazi, con aproximadamente  1,1 millones de víctimas solo en Auschwitz, en su mayoría judíos.