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Raúl Esses, un mentch ejemplo para todos

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Susy Anderman

Dialogar con las primeras generaciones asentadas en México, los hijos de los que llegaron al país, buscando mejores alternativas de vida de las que tenían en sus lugares de origen, suele ser muy interesante.

Son precisamente los que nacen aquí de padres que no hablaban Español, que traían de lejos todo un enorme bagaje de historia, de cultura y de tradiciones envueltas en el deseo de continuar su judaísmo en el rincón que fuera.

Qué enorme privilegio poder recordar junto con alguien como Raúl Esses Dayan, cuando era niño porque hoy tiene 84 años de edad, momentos de su infancia, el tercer hermano de seis que corrían por las calles de Torreón, Coahuila, porque en esas épocas la provincia mexicana era una invitación a forjar nuevos destinos para los negocios, las tiendas, lo que sabían hacer los padres para lograr la manutención. A veces era necesario compartir con otras familias una misma casa, los recursos en ocasiones no eran suficientes. Así la familia Esses que venía de Alepo, Siria, conoce a Abe Serebnicky, un ruso casado con una polaca, y deciden compartir una enorme casa pero con dos estufas, en una se cocinaba guefilte fish y en la otra el kipe.

Esa bondad y esa hermandad encontrada en el delicioso clima mexicano, no solo por la temperatura del día, sino por cómo el ambiente dejaría que así, las familias judías dieran inicio a una comunidad que nacía.

El joven Raúl se desarrollaba con esas bases recibidas en casa. Una hermosa formación llena de ilusiones, cuando en esos años el ritmo de la vida se marcaba apaciblemente, por lo que un muchacho judío hacía. Así conoció a Tony Cohen, su primera y única novia con quien decidió formar su propia familia, comenzando también a tener éxito en sus negocios como un emprendedor que forma una buena empresa, la cual le permite desarrollar una vida ejemplar.

Desde entonces, era importante pertenecer a la Comunidad, no solo en una forma pasiva, así Raúl Esses, consciente de la gran bendición que tenemos los judíos de contar con loables instituciones que nos brindan una infinidad de servicios, surgió en él la convicción de querer ser partícipe y se involucró como Askan de Keren Hayesod por parte de la Comunidad Maguén David, por 48 años continuos, realizando una labor constante por muchos años.

Su pasión por el deporte, lo hizo ser uno de los Socios del CDI más frecuentes, pero su devoción por el Centro Deportivo Israelita llena a todos los que diariamente lo hemos visto acudir sin falta a desarrollar sus actividades favoritas.

Raúl hace unas semanas tocó las puertas de mi oficina, solicitaba el libro de los Cincuenta años del CDI, entusiasmado con la idea de poderlo compartir con su médico. Cuando lo recibió en sus manos, parecía que estaba haciendo entrega de un gran tesoro, y así lo es, porque lo que nuestra querida Institución ha marcado en la vida de todos nosotros es insustituible, no existe nada que asemeje lo que esta Casa de Todos ha permeado en las familias judeomexicanas.

Pasaron unos días, y Raúl Esses ahora necesitaba el libro de los Sesenta años de aniversario, ejemplares que se encuentran ya totalmente agotados. Movimos en el Comité de Comunicación, mar y tierra para conseguir un ejemplar y cuando dimos la noticia, Raúl que siempre viene acompañado de Gabriel, su fiel ayudante hoy día, llegó puntual a nuevamente recibir un tesoro más.

Los años de deporte y sus cualidades físicas hacen que Raúl a su edad, y con las problemáticas de salud que ahora tiene en sus músculos, no le impiden acudir al gimnasio con su entrenador Marino, quien lo ha guiado para que con ejercicio y esa voluntad de seguir adelante en lo que le gusta hacer, lo mantenga firme, elegante, con esa figura que siempre ha tenido al ser un hombre carismático con un corazón lleno de bondad y de inconmensurable devoción por su judaísmo, por sus queridas instituciones, por su bella y exitosa familia compuesta por cuatro hijos, Moisés. Raquel, Flor y Jessica, su nuera y yernos, Karen Cohen, David Dayán, Salomón Cherem, quien actualmente preside la Comunidad Maguén David, y Jacobo Levy.

Hoy ha pasado el tiempo y le deseamos a Raúl, D-os quiera, que por muchos años más, continúe haciendo ejercicio en su Deportivo, platicar con sus amigos y ver que un día puede ser maravilloso, todo depende de lo que cada quien tiene en su interior. Ese es el único motor que sirve para continuar, y el mejor ejemplo de ello nos lo da alguien como Raúl Esses, un gran mentch, un hombre sin igual.