Periódico Dominical del CDI, domingo 15 de noviembre de

1964. 

El pasado domingo llegaron en el vuelo 502 de la compañía aérea Panamérica Tamara Oynick, Gabriel Goldschmidt y Carlos Janovitz, que recientemente compitieron brillantemente en la Primera Macabiada Panamericana que se celebró en Buenos Aires, Argentina, todos ellos acompañados y a cargo del Dr. José Oynick, jefe de los servicios médicos de dicha delegación. Ocho días antes, ya había llegado Salvador Goldschmidt.

Fue a recibirlos una nutrida concurrencia, quien les dispensó vítores, porras y aplausos, culminando con la siempre emocionante “diana” que fue ejecutada por un magnífico conjunto de mariachis, amén de otras piezas folklóricas mexicanas que dieron al ambiente la mexicanidad que faltara a los viajeros durante más de dos semanas, a la par que pasaban por debajo de una “manta” de gran tamaño que decía: Bienvenidos campeones.

Estos estaban rozagantes de júbilo y contento y mostrando su emoción al ver a tanta gente que les fue a recibir; los acordes de la diana mencionada provocó espontáneamente, el aplauso a los deportistas triunfantes por parte del público asistente que no fuera especialmente a recibirlos.

Allí tuvimos ocasión de saludar a unos en el aeropuerto y a otros en casa de los señores Oynik, a los señores: Jaime Barer y Sra., Ing. Yoshua Kipnis y Sra., Jacobo Zabludovsky y Sra., las dos abuelitas de Tamara, Sras. Yashin y Oynik, Sra. Rosa Oynick, Dr. Rodolfo Segovia, Sr. Begún y Sra., Gregorio Shapiro y Sra., Wolf Toremberg y Sra., Mauricio Russek y Sra., Dr. Isaac Oynick y Sra., Sra. Graciela Albin, Enrique Janovitz y Sra., Arpad Janovitz y Sra., (abuelitos de Carlos), Ignacio Bimstein y Sra., Enrique Strauss y Sra., Alberto Padova y Sra., Sra. Jane Fishbein, Sra. Kuba, Sr. Kuriansky y Sra., señores Resnick, Bass y Schlosser, Dr. Kuba Lichtinger, Sr. Steinberg y Sra., Pablo Geluda y Sra., Carlos Schon, Dr. Riquelme, Sr. Nasari, prof. López Estrada y Sra., Dr. Bialostozky y Sra., Sr. Jaime Klapp y Sra., y muchas personas más.

Al terminar la magnífica recepción del aeropuerto, nos trasladamos a la residencia de los señores Oynik, donde fue servido un refinado coctel, maravillosamente bien atendido por la anfitriona de la casa.

Pudimos abordar al Dr. Oynick, quien nos hizo algunos comentarios sobre la estancia de nuestra delegación en la Argentina, y nos manifestó que el viaje fue muy bueno y de magníficos resultados, tanto deportivos como de estrechamiento de las relaciones entre México con los demás países hermanos asistentes a dichas competencias. Fueron recibidos por una comisión de aproximadamente treinta personas. La inauguración fue majestuosa y emocionante, donde asistieron aproximadamente unas 14 000 personas, solemnemente hecha por el Vicepresidente de la República Argentina, doctor Carlos H. Perette, a cuyo acto asistieron los señores embajadores de México, de Israel y de todos los países asistentes a la Macabiada Panamericana. En Natación compitieron contra los representantes del Uruguay, Brasil y Argentina. La actuación de nuestros representantes fue buena y obtuvieron, Tamara, tres medallas de Oro y Carlos una de Plata y una de Bronce. Los tiempos que hizo Tamara en Pecho, fueron de 1:28.2 en 100 Pecho y 41.2 en 50 Pecho. En 50 Dorso hizo 41.0. Carlos Janovitz obtuvo su segundo lugar en Combinado con un tiempo de 2:37.6 y el tercero en 200 Pecho haciendo 3:03.6. Asistieron alrededor de 500 competidores. Tamara obtuvo un trofeo por ser la competidora de menos edad, y México obtuvo otro trofeo por adjudicarse el título de la Delegación que mayores simpatías inspiró. Por lo que respecta a los judocas, tanto Gabriel como Salvador, demostraron una gran superioridad sobre sus competidores. En realidad no tuvieron oponentes. Gabriel obtuvo dos medallas de Oro y Salvador una de Oro y dos de Plata. En la categoría Libre, hicieron el uno, dos, lo que demuestra su superioridad. Como anécdota “chusca” nos informó que por culpa de Tamara y Carlos, perdieron el avión de Panamá y tuvieron que alcanzarlo en Guatemala, teniendo la suerte de subirse a otro avión que hacía menos escalas que el primero. Finalmente, nos informó que el momento más emocionante para él fue cuando su hija obtuvo su primera medalla de Oro y escuchó emocionado el Himno Mexicano, ante la marcialidad de su hija, en el banco de premiación ocupando el primer lugar, seguido de una estruendosa ovación de todo el público asistente.

Hoy iremos a recibir y les invitamos a que también lo hagan ustedes, a los señores Carlos Fishbein y Julio Yasinovsky, quienes regresan triunfantes de la misión que se les encomendara, los cuales podrán darnos una completa información al respecto, que daremos la semana próxima.

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