Desde hace varios años, se instituyó en el Ulpan Emshej que los alumnos prepararan,
a lo largo del año una coreografía para presentarla como trabajo final. En un principio se hacía la investigación temática, se sugería un vestuario, música y no se hacía mucho más. Ahora los chicos deben juntar un grupo para ensayar con ellos, además de buscar la temática, realizar la investigación, elegir vestuario, música, etcétera.
Cada año, además, los sinodales eligen uno de estos trabajos para presentarse al año siguiente en la noche de Shorashim del Festival Aviv Carlos Halpert de Danza Judía. Este año se presentará la coreografía Juicio a D-os, de Galit Goldwasser, con quien tuvimos una pequeña entrevista:
¿De qué se trata tu coreografía?
Vi la obra de teatro Juicio a D-os, que habla de un grupo de judíos durante el Holocausto y deciden enjuiciar a D-os, después de mucho discutir deciden que sí, D-os es culpable, pero se ve que rezan al final, porque “puedes juzgar a D-os, pero no lo puedes ignorar”.
¿Cómo formaste al grupo?
Invité a muchas niñas de diferentes grupos de Secundaria, sobre todo niñas con las que yo había bailado cuando yo iba en Secundaria. Un día antes del primer ensayo me cancelaron la mitad y tuve que poner siete chavas nuevas de grupos que tengo cerca como los grupos del Dépor.
Cuéntanos un poco de lo que fue el proceso para crear tu proyecto
La primera clase fue de muchos nervios porque no sabía cómo pararme enfrente de un grupo, además de que muchas son mis amigas; no sabía cómo marcar una línea entre coreógrafa y amiga.
Después de poco tiempo, vi que a las niñas les empezó a gustar y lo empezaron a sentir como propio, y ahí fue cuando vi que el proyecto empezó a nacer, y lo vi plasmado en la vida real. Al mismo tiempo, me fui metiendo cada vez más al tema y se lo logré transmitir al grupo.
Fuimos a Valle de Bravo un fin de semana para poder unir más al grupo, y que se viera en el resultado, y ahí hicimos mucha convivencia. Descansamos todo el viernes y sábado y el domingo fueron ensayos intensivos.
En conclusión, fue una experiencia muy padre porque fue para mí y las niñas. Fue un proyecto muy personal.
