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La cena de los idiotas

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Isaac Richter

¿Por qué humillamos a la gente? Parece que cada vez que un ser humano tiene alguna ventaja ante otro ser humano, obtiene placer humillándolo, ya sea si uno es más grande, más fuerte… o hasta más culto. Para Pedro Mella (Jonathan Picazo) y su círculo de amigos, esta humillación es la base de una tradición. Cada miércoles se juntan para cenar y cada uno trae a alguien que considera un idiota. Esta noche, el idiota elegido es Francisco Piñón (Ilan Fridman), un burócrata de Hacienda obsesionado con las maquetas. Sin embargo, cuando Mella sufre de un dolor de espalda, la misma noche que sospecha que su esposa (Miriam Kahan) lo dejó, a través de una serie de enredos difíciles de explicar, Piñón se involucra en los asuntos de Mella… y haciendo un desastre de cada uno de ellos.

Basado en el guion cinematográfico de Francis Veber (que él mismo dirigió en su película de 1998), Jonathan Picazo se dirige a sí mismo y a este elenco que incluye a Ruby Ajzen, Robert Amper, Luis Fridman, Salomón Salame y Kevin Amper (aunque sospecho que dos de estos solamente aparecieron a través de un mensaje de voz) en esta comedia en la que vemos a un hombre recibiendo exactamente lo que merece.

Lo que vi en escena

Una obra como esta recae en sus actores, específicamente en el ritmo que le otorgan para que el humor logre su cometido. Aunque a momentos se siente un poco larga y repetitiva, los actores logran que el humor caiga donde debe caer y la atmósfera es muy atinada, en un departamento que nos dice mucho del personaje que vive ahí y nos recuerda a cada momento que, aunque sea el personaje que estamos siguiendo, Pedro Mella no es una buena persona. La buena vibra del elenco en el escenario es contagiosa, por lo que disfrutamos esta historia tanto como ellos disfrutan representarla. Esperamos que sigan explorando diferentes historias que nos puedan traer a este escenario.

XXVII Festival Habima de Teatro