Mi Cuenta CDI

Emprendedores ultraortodoxos tienen su espacio de trabajo kosher

Centro Deportivo Israelita, A.C.

En el corazón de Jerusalem, Bizmax, un espacio de trabajo compartido, se parece a cualquier empresa emergente: un ‘open-space’ colorido, café gratuito y horarios flexibles. La diferencia está en que las estanterías están llenas de libros de religión y los emprendedores son todos judíos ultraortodoxos.

 “La industria high tech se ajusta perfectamente a los haredim, pues les deja la libertad necesaria para cumplir con sus obligaciones religiosas”, explica Yitzik Crombie, que fundó este espacio de trabajo hace dos años.

Los haredim representan el 10 por ciento de la población israelí, y más de un tercio de la población judía de Jerusalem. Las leyes religiosas rigen todos los aspectos de su vida, del culto a la vestimenta, pasando por las relaciones entre hombres y mujeres, la educación o la alimentación.

Solo el 52 por ciento de los hombres ultraortodoxos trabajan, según el gabinete de ideas Israel Democracy Institute. El resto dedica sus días a estudiar los textos sagrados. En muchos casos, son las mujeres (73 por ciento de ellas trabajan) quienes se suplen las necesidades del hogar, además de encargarse de las obligaciones familiares.

Con todo, las costumbres van evolucionando. Según Yitzik Crombie, 5,000 haredim (1,500 de ellos, hombres), trabajan actualmente en el sector de la alta tecnología, una porción importante de la economía que permite a Israel posicionarse como Start-up Nation.

Valores comunes                                                       

Yitzik Crombie, programador de 35 años, empezó montando su propia empresa. “En el momento de encontrar socios, me vi solo”, recuerda. “El secreto de la Start-up Nation es que todo el mundo conoce a todo el mundo, porque se encontraron en el ejército o en los bares”, explica.

Sin embargo, la mayoría de los ultraortodoxos están exentos del servicio militar. Y por eso nació la idea de Bizmax, que pretende ser no solo un espacio de trabajo compartido, sino también un ecosistema para animar a los haredim a montar su empresa gracias a una red tejida en torno a los valores comunes ultraortodoxos.

Aquí, la comida es kosher, Internet tiene filtros para bloquear contenidos contrarios a la religión, y solo los hombres pueden alquilar un espacio de trabajo. Los locales están abiertos las 24 horas, todos los días, excepto en Shabat y en las fiestas judías.

Bizmax es una organización sin ánimo de lucro financiada en parte por la Autoridad del Desarrollo de Jerusalem, que ofrece conferencias, pone en contacto a emprendedores con expertos, y les propone cursos de inglés, pues muchos haredim nunca han estudiado lenguas extranjeras.