Las selecciones lideradas por Messi y Suárez (2-2) disputaron un duelo por la paz Tel Aviv. El clásico del Río de La Plata se jugó anoche en Tel Aviv, y fue un partido por la paz. Las selecciones de Argentina y Uruguay, lideradas por Messi y Suárez , saltaron al campo acompañadas de niños judíos, musulmanes y cristianos, pequeños futbolistas que, gracias al Centro Peres por la Paz, han aprendido a conocerse y respetarse con un balón de por medio.
El partido amistoso recordó mucho al Peace Tour del Barcelona de hace seis años. Tanto por el protagonismo de Messi, como por el mensaje de concordia y el ambiente en las gradas del estadio Bloomfield. Las casi 30,000 entradas se vendieron en apenas dos horas. La expectación era enorme.
Este tipo de acontecimientos deportivos son muy poco frecuentes en Israel. La repercusión es mucho mayor a la de cualquier partido del Maccabbi en la Euroliga de baloncesto. Mucho mayor, también, que la salida del Giro de Italia de hace dos años.
Hasta el Primer Ministro, Benjamin Netanyahu, se acercó a Comtec, la empresa organizadora, para pedir invitaciones y no las consiguió. En un país donde todo es político, lo mejor es no regalar entradas a nadie que tenga poder. Netanyahu se quedó en casa cuando supo, además, que no conseguiría una selfie con Messi. Avi Gantz, su principal rival político, pasó por taquilla, como hicieron muchos ministros.
Numerosos argentinos y uruguayos residentes en Israel se reunieron frente a los hoteles de las selecciones, en el frente marítimo de Tel Aviv. Tambores, fiesta y el orgullo de sentirse recompensados por la visita.
Fuente: www.lavanguardia.com