La depresión, el mal silencioso que se convirtió en la pandemia del siglo XXI, afecta a más de 300 millones de personas en el mundo. Una startup israelí avanzó en un método científico que revolucionó el tratamiento de esta grave enfermedad mediante un análisis que estudia una variedad de parámetros y que incluyen el nivel de energía de la voz, el flujo del habla, la ansiedad y el estrés, entre otros indicadores para capturar el estado de ánimo del hablante.

Hoy 13 de enero se conmemora el Día Mundial de la lucha contra esta enfermedad mental que se convirtió en uno de los principales flagelos de la humanidad.

Hablar con un paciente es una de las herramientas de diagnóstico más importantes que los médicos tienen para diagnosticar la depresión. Ahora, una startup israelí puede ir más allá para ayudar a detectar la depresión y otras enfermedades mentales a través del análisis de la voz de un paciente.

“Hoy no existen biomarcadores para rastrear la depresión”, expresó Yoav Degani, fundador y CEO de VoiceSense al portal The Times of Israel. “Nuestro producto ofrece un análisis psicológico objetivo y es muy accesible”, proporcionando una imagen no solo de la salud mental, sino también del bienestar de una persona.

VoiceSense, fundada en 2000, avanzó un ensayo clínico de su tecnología de análisis predictivo basada en el habla para detectar la depresión en el Centro Médico de Salud Mental Beer Yaakov, el más grande de Israel, para ver si existe una correlación entre los patrones del habla y la depresión y otros trastornos mentales, incluida la esquizofrenia. El ensayo también verá si es posible rastrear los cambios en los patrones del habla, para comprender los cambios en el estado de la salud mental de una persona.

La empresa recopila las conversaciones telefónicas de un paciente con permiso y analiza no el contenido, sino elementos de discurso prosódicos.

“Los resultados preliminares son significativos y muestran patrones de habla típicos que caracterizan a la población depresiva frente a aquellos que no lo son, y muestran cambios en los patrones del habla cuando una persona está deprimida”, expresó Degani.

El análisis estudia una variedad de parámetros que incluyen el nivel de energía de la voz, el flujo del habla, su nivel emocional y sentimiento, ansiedad y estrés, entonación y ritmo y otros indicadores para capturar el estado de ánimo del hablante.

Fuente: www.agenciaajn.com