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Científico israelí crea una tecnología para hacer cubrebocas que se desinfectan solos con un cargador USB

Centro Deportivo Israelita, A.C.

Un científico israelí ha inventado una tecnología que tiene como objetivo hacer que las máscaras faciales se limpien solas usando la energía de un cargador de teléfono. 

Yair Ein-Eli ha solicitado una patente estadounidense para su innovación, que según él impulsará la higiene y mitigará la escasez de mascarillas. Una encuesta que acaba de realizar el Washington Post reveló que alrededor del 66 por ciento de los trabajadores de la salud estadounidenses encuestados dijeron que en sus lugares de trabajo hay escasez del equipamiento más adecuadas para protegerse del coronavirus. 

“Nuestra idea podría cambiar las máscaras de artículos desechables a aparatos que la gente limpia, lo que significa que no necesitarían ser reemplazados tan regularmente y los hospitales no necesitarían suministros tan grandes”, dijo Ein-Eli, decano de la facultad de ciencias de los materiales e ingeniería en el Technion – Instituto Israelí de Tecnología. Calculó que su mecanismo de limpieza puede añadirse a unos 90 centavos (3 shekels) por mascarilla. 

Los cubrebocas autolimpiantes se verán como máscaras regulares, con la diferencia de una entrada para un cable USB. Esto es para alimentar el elemento calefactor dentro de la máscara, que la calienta lo suficiente como para matar los gérmenes. Esta es la única modificación necesaria para las máscaras regulares para que se desinfecten solas, según dijo Ein-Eli. 

“Hemos insertado un elemento calefactor de fibras de carbono, y lo hemos conectado a una entrada USB como la que se usa para cargar un teléfono móvil”, dijo Ein-Eli a The Times of Israel. “El elemento puede calentar la máscara a 65 a 70 grados centígrados, y calienta cualquier cosa absorbida en las capas de la máscara”. 

Dijo que un ciclo de calentamiento de 15 a 30 minutos sería suficiente para limpiar una máscara. “Si estás en tu coche y te quitas la máscara, puedes simplemente conectarla al cargador del cenicero, y luego volver a ponértela como si fuera una máscara nueva”, dijo Ein-Eli. 

Espera poder licenciar la tecnología a empresas que la introduzcan en sus diseños, inicialmente para las máscaras de grado N95 y superiores, que están destinadas a los profesionales de la salud. “Nos dirigimos inicialmente al personal médico que necesita máscaras y necesita saber que están bien limpias y funcionan bien”, dijo, y añadió que luego prevé que se comercialice al público en general. 

Ein-Eli inicialmente quiso añadir una batería a las máscaras para permitir que se autolimpiaran. “Desarrollo materiales para baterías, y pensé que tal vez podría insertar una a las máscaras con el fin de generar calor para limpiar la máscara. Pero me di cuenta de que se volvería muy pesado y las regulaciones no lo permitirían”, explicó. 

Luego, se le ocurrió la idea de un cargador. Aunque habría sido sencillo desarrollar la tecnología para un cargador personalizado, ya que podría haber seleccionado cualquier potencia, quería que la máscara fuera cómoda, lo que significaba que debía ser compatible con cualquier cargador de teléfono. 

Ein-Eli dijo: “Era muy difícil encontrar la fibra de carbono adecuada que alcanzara la temperatura en esta salida de energía a los diez vatios de un cargador USB. Tenemos cuarenta fibras de carbono en nuestro laboratorio, y pasé cuatro días revisándolas, y aún así no encontré ninguna”. 

Pero luego identificó el material correcto, y ahora espera que su solicitud de patente sea aprobada. “Espero que esto no solo ayude a los hospitales que tratan de obtener equipo de protección, sino también al medio ambiente, evitando que se tiren muchas máscaras”, agregó. 

Fuente: agenciaajn.com