Leonor Missrie es una figura destacada en el mundo del arte y la arquitectura en la Ciudad de México. Con una pasión innata por la pintura desde su infancia, su historia es un testimonio de cómo el arte puede ser una fuente constante de inspiración a lo largo de la vida.
Leonor recuerda sus primeros encuentros con el arte con cariño. Desde una edad temprana, sintió una atracción hacia la pintura y la expresión visual. "Me gustaba dibujar y asistir a exposiciones", dice con una sonrisa tímida. "Mis padres me acercaron a muy buenos maestros que me guiaron". A pesar de estudiar arquitectura en la universidad, nunca abandonó su amor por la pintura. "La creatividad es algo que todos llevamos dentro; sólo tienes que ver la inquietud de los niños y cómo dibujan antes de aprender a hablar", reflexiona.
En su viaje artístico, Leonor ha encontrado inspiración en una variedad de lugares. El CDI es uno de sus lugares favoritos, como Socia disfruta de los deportes y las actividades que aquí se realizan. El cuerpo y el deporte siempre le han interesado. De igual forma, a largo de los años, los grandes maestros del arte, como Pablo Picasso y Egon Schiele, han influido en su desarrollo como artista. Pero Leonor enfatiza que esta influencia es fluida y cambia con el tiempo. "Depende de la etapa en la que esté viviendo", dice.
Su proceso creativo es una mezcla de observación y acción. Se siente atraída por el cuerpo humano en movimiento, especialmente en el deporte y la danza. "Me gusta mucho el deporte y trato de captar el cuerpo en movimiento. Lo mismo ocurre con la danza. Ese es mi punto de partida que disfruto mucho", comparte. Su enfoque se centra en la espontaneidad y la libertad creativa. "No busco generar expectativas, ni las mías ni las del espectador. Que el arte surja de manera natural, libre, en entera libertad", afirma con convicción.
Leonor Missrie también es consciente de su papel como artista en la sociedad actual. Aboga por el activismo feminista y humanista, utilizando su arte como plataforma para apoyar la libertad y los derechos de las mujeres. Cada marzo, presenta una exposición relacionada con estos temas, demostrando cómo el arte puede ser un medio para abordar cuestiones sociales importantes.
Su experiencia en exposiciones en México y en el extranjero le ha permitido interactuar con un público diverso. Recuerda con cariño una exposición fotográfica en las rejas de Chapultepec, donde pudo conectar con el público en general. "Fue corroborar que el arte es para todos y no sólo para quienes tienen formación artística", señala.
Además de su carrera artística, Leonor ha dirigido talleres de gráfica y enseñado dibujo y grabado. Aunque tomó un breve receso durante la pandemia, encuentra gratificación en compartir su conocimiento con estudiantes y artistas emergentes.
La conexión entre su formación como arquitecta y su pasión por la pintura es evidente. "Es un diálogo muy enriquecedor. Aporta una visión muy especial... el dibujo, las líneas, la geometría", explica.
Leonor Missrie está en una etapa de producción constante en su carrera artística, trabajando incansablemente en su estudio en casa. Aunque es una persona social, se encuentra cómoda inmersa en su proceso creativo.
Para los jóvenes artistas que están comenzando sus carreras, Leonor tiene un consejo importante: "Pintar es un proceso a largo plazo y continuo. Hay que leer mucho. Yo escucho música, asisto a conciertos y me llevo mi libreta y tomo notas y realizo bosquejos. En realidad, todas las artes están conectadas y hay que estar atento al quehacer. Y, para mí lo más importante es buscar lo que me acerque a mí misma".
Leonor Missrie es un ejemplo inspirador de cómo el arte puede ser una fuente inagotable de creatividad, expresión personal y participación activa en la sociedad. Su amor por la pintura y su compromiso con el arte como herramienta de transformación social son un testimonio de la importancia y el impacto del arte en nuestras vidas.
// Mauricio Coronel Guzmán