//Alejandro Castillo
La Acrobacia en Telas es una modalidad de práctica circense del grupo de los ejercicios aéreos, también llamada danza aérea, porque los practicantes realizan evoluciones coreográficas y acrobáticas suspendidas en una tela. Sin embargo, no solo puede considerarse una danza, sino también un deporte en el que se necesita fuerza y flexibilidad. Pero ¿de dónde vienen estas famosas evoluciones? Sus raíces se encuentran en un tipo de yoga que consiste en colgarse de unas cuerdas, las cuales permiten tomar ciertas posturas para hacer las meditaciones. También está la llamada cuerda de la India o Cuerda Indiana, muy usada por los acróbatas del circo, quienes han tomado del yoga, en buena parte, los amarres y las figuras más vistosas. Se cree que la Acrobacia en Telas es una derivación de dicha cuerda. Es así como se incorpora el uso de la tela para realizar las mismas acrobacias que en un principio se hacían con la soga en una sola línea. La actividad permite realizar gradualmente, desde dos líneas de tela dando rienda suelta a movimientos que prácticamente no tienen límites entre lo deportivo y lo artístico, ya que combina aspectos de ejercicios como la escalada y la gimnasia olímpica, con otros más estéticos como la danza contemporánea y las acrobacias circenses.
Como cualquier persona que tenga la voluntad suficiente para adentrarse en el mundo de la acrobacia en telas, pueden hacerlo sobre todo los niños, ya que ellos incorporan a una velocidad vertiginosa todas las técnicas necesarias en esta práctica. La razón principal es que ellos se divierten y disfrutan la emoción de la altura, además, su peso y flexibilidad se los permite, sin embargo, hay que tener cierta condición física que permita sostener el propio peso corporal, el cual, dicho sea de paso, suele ser más pesado de lo que se cree. La resistencia que ganarán practicándola al cabo de unas pocas semanas es increíble, y una vez ganada esta primera etapa, la disfrutarán mucho más, y poco a poco irán perfeccionando las ejecuciones.
Lo primero que se aprende es a trepar. Este primer paso consiste en dar un pequeño salto y agarrarse de la tela con los codos flexionados y, paralelamente, hacer una especie de nudo con la pierna derecha en sentido opuesto a las agujas del reloj, y con el pie izquierdo presionar la tela sobre el empeine derecho.
Este lazo va a servir de sostén e impulso para el ascenso. En este nivel es muy relativo el tiempo que se puede durar: dependerá de cada practicante. Hay muchos niños que en la primera clase ya pueden subir sin complicaciones. Seguidamente, se enseñan los distintos tipos de amarre –en la cintura, en los muslos, en los brazos, en los tobillos-, que permiten la realización de la amplia gama de figuras acrobáticas. Luego se pasa a la práctica de las posiciones invertidas, que implican una mayor exigencia. Finalmente, se ejercitan las figuras más complicadas a mayor altura, y las diferentes formas de escapes o caídas, como se le conoce comúnmente al punto final de estas presentaciones.
Todos los pequeños que quieran practicar esta disciplina verán que muy pronto tonificarán y redefinirán su cuerpo fortaleciendo sus músculos, impulsarán sus habilidades mentales, extenderán y crecerán sus extremidades, reconstruirán su sistema emocional, incrementarán su creatividad, les ayudará a combatir miedos y fobias, combatirán el estrés, fortalecerán las conexiones neurales, la memoria y la inteligencia, desarrollarán sus habilidades artísticas e incrementarán el conocimiento del cuerpo.
Es así que no duden en inscribir este verano a todos sus pequeños de 9 años en adelante, a la Clínica de Acrobacia en Telas la cual se realizará del 13 al 24 de julio de lunes a viernes de 10:00 a 14:00 horas, ofreciendo entrenamientos, actividades recreativas, desarrollo motriz, una salida semanal y picnic todos los viernes.
Todo ello en un ambiente seguro y agradable.
El programa de actividades completo es de dos semanas, con la posibilidad de inscribirse semanalmente y de contar con servicio de transporte.
