Mi Cuenta CDI

Amitim, un programa de JCC Global

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Susy Anderman

JCC Global es hoy la anterior WCJCC (World Confederation of Jewish Community Centers) encargada de estimular el desarrollo de los centros comunitarios judíos del mundo, con más de mil sedes, que se encuentran unidos con el fin de mantener un apoyo constante y delinear objetivos comunes a favor del judaísmo mundial.

Esta nueva etapa de la organización, incluye el programa Amitim, que tiene como objetivo enlazar a los JCC a través de conferencias dirigidas a encontrar respuestas y soluciones para los distintos fenómenos que se presentan en las distintas comunidades judías.

El pasado mes de febrero, se llevó a cabo una muy interesante videoconferencia en la que participaron alrededor de cuarenta países, teniendo oportunidad de compartir la plática del Rabino Dr. Donniel Hartman, Presidente del Shalom Hartman Institute, en relación a cómo definir lo que es hoy en día el pueblo judío. 

Al inicio de la sesión, la Directora Ejecutiva de JCC Global, Smadar Bar-Akiva, presentó a tan distinguido orador, especialista en temáticas sobre judaísmo.

La conferencia se centró en las distintas formas en las que el judaísmo se ha desenvuelto en 3,000 años de historia, y cuáles son las principales características que definen el ser judío a través del tiempo, así como los valores y la cultura que han regido a este pueblo.

El Rabino Hartman hizo referencia de cinco diferentes estadios del judaísmo, cuando es necesario abordar en cuál de ellos nos encontramos actualmente y cómo debemos analizar el enfoque y la directriz a tomar en pleno siglo 21, para que los JCC’s logren traspasar los retos y cumplir con los objetivos trazados en su misión. 

Explicó Hartman que al inicio en los tiempos de nuestros patriarcas, la vida judía se constituía a través de compartir las prácticas religiosas, quiere decir esto, que el grupo social se identificaba a través de compartir costumbres. Los judíos no construyeron su pueblo alrededor de una religión, sino que fue la religión que construyó al pueblo. No nos parecemos a cualquier otra persona, porque la entonces identidad colectiva estaba conformada a través de las creencias comunes.

En una segunda etapa en la historia de los judíos, mencionó el conferencista que la gente que se unía a través de la religión, sufrió episodios históricos que obligaban a que cada uno se cuestionara su ser judío, especialmente hechos como lo fue la destrucción del Templo, provocaron como inercia una división en lo que sería el principio del cristianismo ante la posibilidad de optar por otra religión que dominaría el mundo. En ese momento, los que permanecieron dentro del judaísmo, unieron las tradiciones, los rituales y las costumbres y en esa forma se identificaron como tales. Son precisamente, las características que hoy en día nos hacen similares, cuando encontramos a judíos de diferentes lugares del mundo unidos a la Torá en un solo pueblo que se mantiene como medio de sobrevivencia.

Al transcurrir el tiempo, en lo que podríamos describir como una tercera concepción del judaísmo, ante el contexto histórico se produce un retorno al inicio del judaísmo después de haber pasado una etapa muy difícil, al tener peligro de ser atrapados por la idolatría o por nuevas creencias porque los judíos comenzaron a ser aceptados en los nuevos estados o países como ciudadanos, lo que provocó que comenzara la asimilación con una pérdida total de identidad en una convivencia con el mundo gentil, y un ejercicio deficiente en el aspecto de compartir el judaísmo, surgiendo así el modo secular dentro del judaísmo, con un estancamiento de la religión y a la inversa, los judíos observantes se alejaban de las instituciones comunitarias. Como sucedió en Alemania entre el siglo 18 y 20, con un acentuado alejamiento de la religión y un alto índice de asimilación y sin cultura que compartir, llega el nazismo. A partir de ahí, se definió el ser judío si la madre es judía y debido al antisemitismo, el judaísmo existe a pesar de que no se comparte como tal la religión judía ni la similitud de pensamiento y de las creencias comunes, surge incluso el judío no creyente, además de un nuevo estado judío, Israel, con otra forma más de identificarnos como judíos.

La cuarta forma de ser judío ya no es compartir una religión, tampoco compartir a nuestra propia gente o una propia colectividad, la identidad es a partir del país donde se nace, surgen dilemas, crisis, nuevas teorías filosóficas universales, y de pronto alguien externo quiere unirse a nosotros con una amplia posibilidad de integración. 

Los retos del liderazgo judío se complican en lo que sería la quinta forma de vivir el judaísmo, es justamente en este plano en el que deberemos intervenir para considerar el futuro del judaísmo.

Hartman concluyó su ponencia ante los representantes de los diferentes JCC’s, instando a que si se pretende influir en que los judíos se conviertan a la ortodoxia, si queremos que sean más observantes, no se va a lograr ningún proceso de reforzamiento de la identidad, no podremos cambiar al judío de nuestros días, el asunto de querer cambiar a los judíos es irrelevante.

Como líderes tenemos que ver qué debemos hacer, y cómo debemos hacer que el judío dance de una manera que nunca lo ha hecho antes, tenemos que regresar a que la gente comparta la religión y el sentido de pertenencia. Es necesaria una sinergia en la que no necesariamente todos deberemos estar de acuerdo sino que a través de los diferentes mosaicos del judaísmo, alcancemos generar un sentido de pertenencia colectiva con nuestros propios valores e ideas, con nuestra propia cultura y la vivencia judía. Todo esto deberá servir como un pegamento que reconstruya la identidad colectiva para que los judíos compartan nuevamente algo común. Cada uno debe encontrar una nueva forma de unión y este será el mayor reto para nuestras instituciones y para el liderazgo judío en este siglo 21. Cómo y cuándo sucederá esto, es la pregunta que todos debemos saber responder. 

Amitim, un programa de JCC Global