Millones de judíos de todo el mundo se sentaron anoche en torno a la mesa para celebrar el Séder de Pésaj (Pascua judía), la cena con la que dan comienzo a la semana de conmemoración del Éxodo del Egipto faraónico y la consecución de la libertad.
En la reunión no faltó el consumo de cuatro copas de vino o mosto, como marca la tradición, y la lectura de la Hagadá, que recopila el relato bíblico de cómo los judíos dejaron atrás Egipto hace unos 3 200 años y cruzaron el desierto, en una larga travesía hasta la llegada a la Tierra Prometida.
Tampoco faltaron la partición y la comida de la Matzá, un tipo de pan hecho con agua y harina, pero sin levadura, que se toma en recuerdo del que llevaban consigo los judíos que huyeron por el desierto y que, al salir a toda prisa, no tuvieron tiempo de dejar que fermentara.
Esta fiesta, que también se conoce como la de la libertad, es una de las más importantes del calendario hebreo y forma parte de las tres peregrinaciones bíblicas que los judíos hacen a Jerusalem.
Esto provoca el aumento de las visitas de practicantes al Monte del Templo, donde los musulmanes erigieron muchos siglos más tarde la Cúpula de la Roca y la Mezquita de Al Aqsa, lo que suele motivar un aumento de la vigilancia policial en las inmediaciones del primer sitio sagrado para el judaísmo y el tercero para el islam.
Además, este año coinciden los festivos en los calendarios Juliano y Gregoriano y, por tanto, la Pascua de ortodoxos, católicos y la judía.
Fuente: www.aurora-israel.co.il