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Sala de espera

Centro Deportivo Israelita, A.C.

Grupo: Sefa
Categoría: Juvenil
Institución: Colegio Hebreo Sefaradí

Si nos ponemos a pensar y analizamos todas nuestras peculiaridades, supongo que a todos se nos podría asignar algún trastorno. Algo por lo que se nos pueda diagnosticar, medicar e incluso que nos podría dar un pronóstico de lo que será nuestra vida. O si no, seguro alguien nos podrá manipular para que encajemos en algún trastorno. Partiendo de eso, estos cinco alumnos de Preparatoria del Colegio Hebreo Sefaradí (Danit Frenkel, Sofi Lobatton, Ivonne Amkie, Jean Chapiro y Shay Grinberg) interpretan a doctores en un hospital psiquiátrico, cada uno con su propia experiencia y personalidad descrita en los primeros minutos, y sus pacientes son los miembros del público. A cada miembro se le da un número, los números son escogidos al azar y después de una breve encuesta y una cierta prueba, cada doctor diagnostica a ese miembro del público con el trastorno que le toca (Trastorno Obsesivo Compulsivo, Bipolaridad, Discronometría, Trastorno Histriónico de Personalidad Musical y Esquizofrenia), y usando la información que se les dio, improvisan una historia de lo que podría ser la vida del paciente con este trastorno (llevado a la farsa, por supuesto).

Lo que vi en escena: no es común ver un ejercicio de improvisación en los escenarios del Habima, y en este experimento estos cinco estudiantes de la Sefa, guiados por Helen Marcos, nos muestran que el teatro está construido de momentos espontáneos que no se pueden repetir. Gracias a los detalles que otorgó el público, vimos a nuestros actores ‘marchando por su vida’ (porque un miembro del público dijo que fue a la Marcha por la Vida), interpretando a un hámster cantando (por el Trastorno de Personalidad Musical), obsesionándose con las medidas de muebles, bailando hip hop en lo que oyen otras voces, entre otros detalles (incluyendo un miembro del público que dijo que se llama Nepomuceno, que lleva a que los doctores piensen que es el nombre de un insecto). Me preocupa que se sigue confundiendo la depresión con el exceso de tristeza (ya que es confundir un trastorno con un sentimiento que nadie quiere admitir que es necesario), pero fuera de ese detalle, el ejercicio produce resultados muy entretenidos, y las introducciones musicales en vivo de Arian Abadi le agregan un toque exótico a estos procedimientos. ¡Una experiencia muy única!

XXVI Festival de Teatro Habima