Grupo: Clapperboard
Categoría: Abierta
Institución: Juventud CDI
No hay nada como una crisis para sacar los conflictos que llevan cocinándose hasta en los grupos más cercanos. En este texto de Julia Fontana conocemos a los cuatro socios de una compañía que ha generado millones con nuevas tecnologías creadas por Luis (David Toussier), el creativo de los cuatro socios que ahora se ha ahogado en su depresión y el alcohol. La compañía se ha metido en un problema con Hacienda y como su abogada (que nunca conocemos) no ha podido hacer que desaparezca, uno de los cuatro tendrá que pasar siete años en la cárcel para que no se convierta en un problema internacional que los perjudique a todos.
Entonces Luis, junto con sus socios Marcel (José Faradji) que se encarga de la parte financiera, Carlos (Ari Yungster) que se encarga de la relación con los clientes, y Verónica (Naomi Jost) que hace todo lo que los hombres no están dispuestos a hacer, consultan con un mediador José (Marcos Lati) para decidir cuál de los cuatro irá a la cárcel. A través de diferentes ejercicios y discusiones salen los conflictos entre estos cuatro personajes, que tienen cada uno diferentes valores y metas en cuánto a sus decisiones de quién debería ir a la cárcel.
Lo que vi en escena: esta puesta pudo haber usado una mano más firme en torno a la dirección (ya que los dos directores acreditados están en escena), pero de todas formas sus instintos como actores hacen que los conflictos de la situación cobren vida, y que la tensión de la historia se mantenga firme y palpitante, a pesar de una conclusión que le faltó un giro más satisfactorio (eso es más cosa de escritura que de puesta). Es una obra que siempre tiene el enfoque hacia los personajes, aunque sí logra cosas muy astutas con su escenografía (en particular un baño que vemos en el que los personajes tienen momentos más privados), y con este ambiente que se encuentra algo tenso en lo casual que se ve esta oficina.
