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La joya de mi cuñado, Colegio Hebreo Sefaradí

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Sharyn Bistre

El fútbol a veces hace que las situaciones cotidianas se salgan de control. Esto podemos notarlo con la Copa del Mundo que se aproxima. Asimismo, lo presenciamos en el escenario del Festival Habima con la obra La joya de mi cuñado, en la que se puede atestiguar todo lo que sucede cuando una familia común y corriente se junta para ver un partido. 

Pedro (Alan Arbitman) y Pablo (Daniel Nates) son cuñados, rivales futboleros, vecinos, y cada uno casado con la hermana del otro, que se juntan en el apartamento del primero para ver el juego. Al llegar los disfuncionales y graciosos padres de Pedro, Jorge (Jacobo Palombo) y Vilma (Sully Mitrani), los jóvenes caen en la cuenta que olvidaron su aniversario. Después de buscar un regalo improvisado, aparece misteriosamente una joya de gran valor, que desata los problemas de los dos amigos. 

La trama es complementada por los hilarantes conflictos de sus respectivas esposas Lorena y Caty (Shelly Bordensky y Jaqueline Dantus), la intrusión inoportuna de dos curiosos vecinos y,  por supuesto, por las cervezas de Don Jorge que iban y venían. Dando como resultado una insólita y cómica situación con un final imprevisto.   

Respecto al montaje, se puede hacer énfasis en el buen ritmo con el que la obra fluyó y su funcional escenografía. Asimismo, se notó un trabajo favorable en el trazo escénico y en su mayoría, los actores mantuvieron buen volumen y dicción. Dentro del elenco, resaltaron las actuaciones de los protagonistas, Alan Arbitman y Daniel Nates (Pedro y Pablo), que se mantuvieron en personajes y trabajaron intensamente durante la presentación; Jacobo Palombo (Jorge), que interpretó amenamente a un hombre mayor y bonachón; formando una buena mancuerna con Sully Mitrani (Vilma), que lo complementó muy bien como la esposa regañona. Asimismo, Shelly Bordensky (Lorena) realizó una buena labor actoral.  

Algunas cuestiones técnicas que se podrían mejorar, serían la implementación de más matices y pausas sobre los diálogos de algunos personajes. Por otro lado, la trama de la obra resultó confusa y difícil de entender en ocasiones. Sin embargo, esto probablemente se podría adjudicar a que el guión original fue modificado para el público del Habima, por lo que el contenido de este pudo haber sufrido un poco.

En general, fue una puesta en escena interesante que arrancó carcajadas de sus animados espectadores. Lo que puede suceder al combinar joyas, fútbol y mucha locura. 

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Festival de Teatro Habima 2014