Estos días la República Islámica de Irán ha estado en el ojo del huracán internacional y no por buenas razones. Más allá de que padece una gravísima escasez de agua y de que su moneda sigue devaluándose a pasos acelerados, acaba de anunciarse que el G3, compuesto por Inglaterra, Alemania y Francia, ha decidido reimponer sanciones al país persa.