La noche del día catorce llegó, de pronto el nerviosismo, las ansias y la incertidumbre se apoderaron de todos, esa noche fue la Clausura del XXIV Festival de Teatro Habima… Inició al retumbar de tambores como fiesta de música autóctona, tal vez del Caribe o de alguna isla remota del pacífico, se abrieron las puertas del Salón Mural especialmente iluminado para la ocasión ¡todo listo! Los tambores llegaron a escena y el público a sus lugares, se dieron las llamadas y por fin, un espléndido baile terminó por ambientar el lugar.
Del fondo del escenario aparece Isaac Salame, sonriente, afable, con comentarios hilarantes y divertidos que anima la fiesta, reconocimientos y palabras, palabras y reconocimientos que tratan de hacer eco sobre lo que en un mes se vivió y se experimentó; productor y director del Festival se dieron tiempo para reír y bromear al ritmo de Salame, de igual modo, el público y los muchachos del Comité Organizador, entonces sí, la clausura se tornó una fiesta de júbilo, de risas, de gritos, video, las porras y la nostalgia del Festival que termina.
El maestro Urtusiástegui y Luz María Meza contagiados ya de aquel ambiente, develaron la placa, sin prisas y sin fórmulas, llegaron los ganadores al clímax lógico y siempre emocionante de la fiesta, y poco a poco la celebración se fue disolviendo, se transformó rápidamente en un recuerdo y en la posibilidad renovada del próximo año, cuando celebremos los veinticinco años del Habima.
Festival de Teatro Habima 2015
