Esta pandemia nos ha hecho reflexionar acerca del valor que tienen las cosas,

y sin duda algo que uno extraña sobre manera es ir a la Biblioteca del CDI, para encontrarse con sorpresas muy gratas, ya que tienen un acervo de más de 40,000 obras en todos los temas y logra uno encontrarse con ediciones especiales que han permanecido por muchos años a la disposición de los Socios que valoran este espacio tan valioso dentro de la Institución. Si bien la literatura está migrando a formatos en línea gracias a la aparición de Amazon Kindle y las tabletas que simulan el formato de un libro impreso, para muchos no refleja la misma calidez y sensación de contar con un libro impreso, que en el estante se convierte en una joya con el tiempo, no solo por su valor económico sino por la interacción que logra en los lectores a través de sus contenidos. Así, las bibliotecas tienen relevancia más allá de su papel como servicio cultural: también son consideradas un recurso educativo y de desarrollo social de primer orden, algo en lo que coinciden tanto el sector de población que no las usa, como las personas usuarias. Entre sus funciones, destaca de forma significativa el ‘Garantizar la igualdad de oportunidades en el acceso a la información y el conocimiento’, que obtiene una valoración muy alta no solo para los grupos lectores sino también para los que no lo son, ya que son consideradas imprescindibles para la educación superior y la investigación, y sin duda, tienen una importante incidencia en la calidad general de las universidades y otros ámbitos profesionales. Las bibliotecas aportan a la vida económica de toda comunidad, generan beneficios a quienes las usan y para el conjunto de la sociedad. Cuando heredamos los libros de nuestros abuelos o padres, quizás en estos tiempos de tecnología, muchas veces no sabemos lo que tenemos en nuestras manos, un libro con ilustraciones que si fueron realizadas por un artista reconocido, tendrá un valor muy significativo, o si está autografiado, o si pertenece a una edición limitada en la que no se consiguen ejemplares o si fueron títulos de autores prohibidos en ciertos países o momentos. Por ejemplo, Salvador Dalí -famoso por sus cuadros y esculturas- publicó en 1973 un libro culinario de su autoría titulado Les diners de Gala. Una primera edición de este ejemplar se posiciona en el mercado en un estimado de USD $3,500,00 siempre que esté en óptimas condiciones. Una nueva afición podría ser iniciar una colección de libros, pero mientras tanto, no cabe duda que la mejor colección es la que uno ha leído con esmero y entusiasmo, aprovechando letra a letra, línea a línea, y párrafo con párrafo, las plumas de los mejores escritores que logran influir de manera tan impactante en las mentes, en el conocimiento y en el ejercicio de la inteligencia de cada uno de nosotros. El 4 de julio de 1954, en una reunión inicial cuando Max Udinsky, uno de los fundadores del CDI, siendo Presidente del Comité Ejecutivo, dijo: “Las aspiraciones del CDI no encuentran su límite en las actividades deportivas, sino que desean incluir el desarrollo cultural de sus socios. Por hallarse ya en la posibilidad de construir algo efectivo en ese aspecto, es que he llamado al sector intelectual para pulsar su opinión, y esbozar un plan cultural que logre la misma acogida que hasta el presente tuvo el plan deportivo”. Tras esa declaración y como consecuencia se decidió conformar un Comité Pro-Biblioteca integrado por escritores e intelectuales, quienes junto a la directiva del CDI, se abocaron a la tarea de planear el desarrollo de lo que sería el espacio clave dentro en el Edificio Social, quedando inaugurada en el año 1955 gracias a la aportación del Sr. Enrique Gutwerg y señora, así desde entonces la Biblioteca del CDI que hoy conocemos como Biblioteca Moisés y Basi Mischne desde el año 2008, sigue siendo unos de los espacios más visitados, colaborando con toda la familia del CDI, en la educación y desarrollo cultural. En estos momentos debido a la pandemia, no se encuentra disponible, pero con gran acierto, el Comité de Actividades, implementó la Biblioteca móvil , la cual en espacios abiertos y contemplando las medidas de cuidado para la salud, el préstamo de libros sigue disponible para no dejar de dar este servicio tan relevante para todos los Socios.

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