En este 2017, el movimiento audaz de la Federación Internacional de Gimnasia (FIG), para incorporar al parkour
como una disciplina gimnástica competitiva, ha dado un nuevo rumbo al futuro de esta práctica. El futuro que la FIG ofrece a los practicantes del parkour está rodeado de los reflectores de televisoras internacionales, promete el acercamiento de los practicantes de todo el globo con los fundadores y expertos de la disciplina, y asegura la viabilidad de la disciplina para los trazadores que viven en comunidades donde la práctica del parkour ha sido regulada y restringida a instalaciones colocadas y diseñadas para su ejecución.
La institucionalización de una práctica que en sus inicios fue considerada libre, es el resultado de la masificación de su práctica a nivel mundial. Grupos de jóvenes atletas en todo el hemisferio norte comenzaron a emular las hazañas de los pioneros franceses de la disciplina, publicadas en video en YouTube y redes sociales. Con los años, algunos trazadores comenzaron a hacer peregrinaciones a través de fronteras y mares para intentar los mismos saltos, en los mismos lugares que David Belle, Sébastien Foucan y Yamasaki. Finalmente, la arquitectura de los suburbios franceses que vieron nacer al parkour, no pudo resistir el peso de su fama: las barandas y bardas dejaron de ser inamovibles, las paredes comenzaron a mostrar el cemento antes cubierto por pintura. Los residentes de aquellas localidades hubieron de atender a algunos lesionados, y finalmente comenzaron a aparecer vallados con alambre de púas, oficiales de policía y videocámaras de vigilancia en aquellos lugares donde hubo trazadores inexpertos que intentando saltos fuera de su alcance, tuvieron accidentes irremediables. La restricción legal para la práctica libre del parkour alcanzó en unos cuantos años, y por motivos similares, a localidades en Reino Unido, Rusia y Estados Unidos.
La FIG interesada en todas las variedades de gimnasia competitivas y no competitivas, vio en el futuro del parkour, la posibilidad de extinción de una forma gimnástica nacida libre y espontáneamente entre la juventud del mundo. Antes que ver perdida esta cultura de movimiento única, distinta de toda otra variedad gimnástica, decidió incorporarla en su programa y potencializar su expansión. La propuesta de la FIG se fundamenta en la creación o adaptación de cursos de obstáculos dedicados a la práctica del parkour, en la educación de las comunidades de trazadores y en la construcción de un sistema competitivo confiable y válido para la modalidad.
Es aquí donde la comunidad del CDI se inserta en los acontecimientos globales: dentro de nuestro Dépor, una pequeña comunidad de traceurs que ha practicado el parkour bajo mi tutela durante los últimos tres años, se encuentra ante una contrariedad similar a la experimentada por los jóvenes practicantes europeos y estadounidenses. Durante este tiempo, estos atletas han adquirido destrezas y conocimientos para el desplazamiento sobre la arquitectura de su entorno, visitando diferentes áreas del CDI. Al paso de los semestres, conforme sus habilidades y su constitución física se fortalecieron y especializaron, fueron encontrando también los límites de las posibilidades que ofrece la arquitectura de esta Casa de Todos. Finalmente, los cambios en la arquitectura del CDI (remodelaciones, construcciones, decorado, aseguramiento de áreas confinadas, etcétera), han terminado por dificultar o impedir la ejecución de movimientos acrobáticos en la mayor parte de las áreas de nuestro Deportivo.
Este es el momento para el parkour en el CDI de atender a la invitación de la FIG para considerar el trazado como una disciplina gimnástica. Para los traceurs, eso significa valorar la educación de sus cualidades físicas y técnicas en la sala de gimnasia por encima del trazado sobre la arquitectura. Significa también aguardar algún tiempo a que el desarrollo y el crecimiento de la disciplina hagan viable la adaptación de espacios dedicados a la práctica del parkour en esta Casa de Todos. Entre tanto, los trazadores cedeístas dedicarán su entrenamiento a incrementar su fuerza, desarrollar y pulir su acrobacia y a afinar sus sentidos en la sala del Gimnasio Maña y Jacobo Oberfeld.
El siguiente semestre, Parkour aparecerá con la etiqueta Indoors Practice, para señalar el objetivo de esta clase en adelante: generar las condiciones físicas y acrobáticas en los jóvenes trazadores del CDI, para ejecutar trazados en cursos de obstáculos del estilo de los sancionados por la FIG en fecha reciente.
La práctica ‘en duro’, o ‘real’ del parkour es un deseo de los traceurs del CDI y quizá también la visión a futuro de una variedad gimnástica que prosperará y probablemente rivalizará tanto en espectacularidad como en cuanto al número de adeptos, con la Gimnasia Artística en años por venir. Mi recomendación, sin embargo, para todos los jóvenes que gustan del parkour, es que antes de ejecutarlo libremente, eduquen sus cuerpos y sus sentidos en la práctica de la gimnasia artística, lo que es condición indispensable para que el parkour resulte un deporte vistoso, y tan seguro como puede ser cualquier variedad gimnástica.