El 22 de marzo, las Naciones Unidas celebraron su 22º aniversario del Día Mundial del Agua. Este año,
la organización optó por centrarse en el desarrollo sustentable. No hay duda de que el agua es esencial para los seres humanos, y es particularmente importante en nuestra región.
Es un hecho bien conocido que nuestra región sufre de una grave escasez de agua potable. También es bien sabido que Israel es un líder en la desalinización del agua, el reciclaje del agua en la agricultura y en suministrar agua a nuestros vecinos en Jordania y la Autoridad Palestina desde los Acuerdos de Oslo.
Pero en los últimos años, organizaciones no gubernamentales, como la Coalition of Women for Peace, Who Profits, el Badil Resource Center for Palestinian Residency and Refugees Rights, Al-Haq, el Palestinian Center for Human Rights y EWASH Emergency Water Sanitation and Hygiene in the Occupied Palestinian Territory, han estado llevando a cabo una campaña internacional contra Israel bajo el pegadizo título Apartheid del agua. Israel está siendo acusado de retener un acceso justo de los palestinos al agua, de generar una crisis del agua en Gaza, de robar el agua palestina y otras acusaciones escandalosas. Recientemente se agregó una nueva acusación: que Israel estaba inundando Gaza con agua de lluvia. La agencia de noticias francesa que efectuó esta calumniosa acusación ya se ha retractado.
Irónicamente, los que impiden realmente el acceso palestino al agua son las mismas organizaciones destinadas a proteger los derechos humanos de los palestinos. En lugar de centrar sus esfuerzos en conservar el agua en la zona y beneficiar a la población, están utilizando, por razones políticas, sus recursos para sabotear la cooperación entre Israel y la Autoridad Palestina, con el fin exclusivo de dañar la imagen de Israel en el ámbito internacional. Por lo tanto EWASH trabajó para impedir el establecimiento de una planta desalinizadora en Gaza, argumentando que proporcionaría legitimidad a la ocupación israelí. Al hacerlo, evitaron que el agua potable llegue a la población de Gaza.
En otro caso, una serie de ONG, dirigidas por Al-Haq, la Organización Inter Eclesiástica para el Desarrollo y la Cooperación, Pax Christi y Cordaid, unieron fuerzas para lanzar una campaña para evitar que una empresa holandesa construyera una planta de agua en el valle de Kidron destinada a suministrar agua a Jerusalem oriental y sus alrededores. La planta no se construyó debido a reclamos de que su construcción violaría el derecho internacional. En realidad, no solo el derecho internacional no prohíbe la construcción de dicha infraestructura, sino que Israel respeta el aspecto humanitario de proporcionar agua potable a todos sus residentes. En resumen, la coalición de organizaciones que tratan de sabotear la normalización entre Israel y la Autoridad Palestina sobre el tema del agua, en realidad daña el medio ambiente y perjudica a los palestinos que se beneficiarían de dicha planta de agua.
Además de dispararles a los palestinos en los pies, estas ONG difunden falsas reclamaciones contra Israel y llevan a cabo una campaña llena de mentiras explícitas. NGO Monitor, un organismo de control de ONG internacionales, recientemente llevó a cabo un estudio sobre el tema y refutó decenas de afirmaciones difundidas en todo el mundo. Una de las principales afirmaciones es que Israel se beneficia de su control sobre el mercado palestino. En realidad Mekorot, la compañía nacional de agua de Israel, proporciona agua a los palestinos con pérdida. Mientras que el consumidor medio israelí pagó 8,89 shekels ($2,25) por metro cúbico de agua en 2014, ese mismo año Mekorot les vendió agua a los palestinos a una tasa de 2,85 shekels ($0,72) por metro cúbico.
Otra afirmación falsa es que Mekorot discrimina al no proporcionar suficiente agua a las comunidades palestinas en Judea y Samaria. Esta también es una acusación ridícula porque, en realidad, Israel proporciona a la Autoridad Palestina el doble de la cantidad de agua acordada en los Acuerdos de Oslo. En números, esto se traduce en 57 millones de metros cúbicos por año, habiéndose comprometido a proporcionar solo 29 millones de metros cúbicos.
Sin embargo, otra afirmación acusa a Israel de impedir, con su bloqueo, el acceso al agua potable a los residentes de Gaza. La verdad es que el mantenimiento del sistema de agua de Gaza es pobre y, como resultado, las fugas, los fallos de bombeo y el mal funcionamiento conducen a una pérdida de más del 40 por ciento por año del agua potable en la Franja. (En Israel solo el 3 por ciento se pierde por mal funcionamiento, mientras que en la Autoridad Palestina se pierde el 33 por ciento). Debido a la dinámica interna palestina, los palestinos se niegan a reciclar el agua que ha sido purificada y usan agua potable en la agricultura.
Si volvemos al Día Mundial del Agua y al desarrollo sustentable, es importante señalar que las ONG que pretenden promover los derechos humanos deberían trabajar para encontrar soluciones para los palestinos en Gaza y en la Margen Occidental, especialmente cuando se trata del agua. Es una pena que, en cambio, muchas ONG prefieren librar una guerra política contra Israel, a costa de los palestinos.
*Subdirectora de comunicaciones, enlace con la Knéset y directora de estrategia de medios sociales en ONG Monitor.
Fuente: www.unidosxisrael.org