Quizá para muchos es desconocido el simbolismo que tiene la fruta de la granada en las diferentes religiones
y culturas y en especial, en el judaísmo.
Este fruto tan apreciado tiene su origen en la Antigua Persia (actualmente Irán). La palabra granada proviene del latín ‘pomum’, manzana, y granatus, sembrado, debido a su forma y a la cantidad de semillas que alberga en su interior.
En hebreo, la palabra usada para referirse a la granada es ‘rimón’.
Muchos fueron los usos que el pueblo judío le dio a la granada a lo largo de la historia. Muchos de ellos recurrieron a este fruto después de las incesantes jornadas de trabajo en tiempos de esclavitud como un alimento restaurador. También, la granada fue utilizada en tiempos remotos como ofrendas en el templo, cuando la población debía de pagar el diezmo (la décima parte de sus cosechas) a las autoridades religiosas.
La granada para los judíos fue considerada durante siglos, un símbolo de amor y fecundidad, por ello se conviertió en el regalo favorito de las bodas por el número de granos de la misma, que les llevaba a ser representantes de la descendencia de la familia y de la continuidad de la tradición
Aunque la granada está cargada de significado para muchas culturas, en la judía cobra especial interés ya que para ellos es casi una fruta sagrada símbolo de la concordia y estabilidad. Se trata de un alimento que no puede faltar en las mesas judías cuando celebran el que pude ser una de las celebraciones más importantes: Rosh Hashaná o Año Nuevo.
¿Qué tiene en común la granada con la Torá? Aunque parezca mentira, la granada tiene exactamente 613 semillas en su interior, exactamente el mismo número de Mitzvot (Normas) que hay en la Torá.
Para el pueblo judío este hecho tiene un gran significado así como la fruta en sí y cómo los granos están agrupados entre sí.
Tal es la fijación entre estas semillas que resulta bastante complicado separarlos de la propia granada, es como si no quisieran separarse.
Llevado este hecho a la cultura sefardí, tal y como lo ven ellos mismos, se dice que uno de los deseos que suele pedir este día tan importante (Rosh Hashaná) es poder cumplir estos 613 mandamientos gracias a la hermandad y unión de sus familiares y amigos, y de esta manera ser una unidad y no semillas sueltas, en definitiva un pueblo unido. Para ellos, es la única forma de poder llegar a la plenitud de cumplimiento de la Torá.
Fuente: www.artificis.com