La risa abre el alma. La risa es siempre más profunda de lo que imaginamos. Nos da la posibilidad de vencer el ego, la ansiedad, el miedo, la vanidad, la autoimportancia y la enfermedad de tomarnos demasiado en serio. Cuando olvidamos reír, nos perdemos en el camino. Al reír nos situamos por encima de los problemas; los sometemos, y estamos en condiciones de encararlos. Es un excelente antídoto contra el dolor y la obsesión. El decidir estar alegre, a pesar de lo que pase, puede ser un camino espiritual, realmente sanador.

La risa eleva la conciencia, cuando la situación no es nada divertida, como tampoco lo que sentimos o vivimos. Por ejemplo, un enojo, un dolor, una tristeza, una decepción, o bien un motivo de esos que uno siente haber hecho el ridículo. La risa nos eleva sobre los problemas, nos conecta con nosotros mismos y nos hace crecer. La risa abre la mente. Reír nos ayuda a jugar con nuevas ideas, posibilidades y manera de percibir la vida. La risa es un estado mental: cuando dejamos de tomarnos demasiado en serio las cosas toman otra perspectiva, podremos observarnos a distancia.

Así es que si sientes miedo, con la risa hay posibilidad de palearlo. Si sientes enojo, puedes escoger sentir paz. Si sientes ansiedad, tienes la opción de bajarle el nivel y abrirte a la esperanza. La risa libera la maravilla de estirar las comisuras de la boca y mostrar los dientes, pues al hacerlo, no puedes sentir emociones negativas. Es imposible estar deprimido y reír a la vez.

Como escribe el psicólogo Alan Watts: “El arte de la vida es saber como transformar la ansiedad en risa”. Si lo logramos, nos fortalece, nos hace crecer, nos llena de esperanza y nos motiva a realizar actos de bondad. El truco es reír y soltar. La risa es el camino más corto entre dos personas, nos acerca de inmediato, es la manera de tocar al otro, sin hacerlo. Alivia la soledad, los momentos en que reímos con los amigos, los recuerdos, lo convivido, fortalece la amistad. La risa es sana. El hecho de reír con frecuencia aumenta la capacidad pulmonar, acelera el ritmo cardiaco, estimula la circulación, activa los músculos de movimiento involuntario, oxigena el organismo y libera hormonas que fortalecen nuestro sistema inmunológico. La felicidad alarga la vida. Cinco minutos de risa equivalen a 45 minutos de ejercicio aeróbico, mientras que una hora de tensión y estrés equivalen a cinco horas de trabajo intenso no gratificante.

La risa embellece, los ojos brillan, la cara se ilumina, las arrugas desaparecen, o no las vemos.

Tres dosis de risa al día tienen efecto benéfico sobre el organismo y tiene condiciones físicas y anímicas para afrontar la vida. Ríe hoy, ríe mañana, ríe sin motivo alguno. La risa transforma la manera en que percibimos la vida. El día más desperdiciado es aquel en el que no te ríes.

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¿Me perdonas? Ni cómodo, ni fácil

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