El pasado 9 de febrero, se celebraron los 90 años del Colegio Israelita de México ORT.
Engalanaron el evento más de 3,000 personas. Entre ellas, había personas provenientes de más de siete países, a quienes agradecemos mucho el haber viajado de tan lejos para compartir con nosotros esta gran fiesta.
Ochenta y cinco generaciones se reunieron en el evento que duró más de seis horas. La hermandad, las sonrisas, los reencuentros, hicieron de la convivencia algo mágico. Abrazamos a nuestro exalumno de noventa y tres años de edad, a exdirectores, exmaestros y personal que labora cada día con nosotros.
El evento consistió de varias estaciones, una de ellas fue el acervo fotográfico que formó un museo increíble, concebido y elaborado por el Sr. Manuel Taifeld, y que representa la historia y la memoria de nuestro colegio y nuestra comunidad. Miles de rostros de antaño inmortalizados en esas fotografías, conmovieron a los visitantes, quienes de una u otra manera se identificaron con ellas. Rostros de ayer y hoy cobraron vida.
El túnel del tiempo que fue otra de las estaciones, en él se marcó las diferentes épocas y los sucesos en nuestro colegio, paralelamente con los acontecimientos históricos de México y el mundo.
El cilindrero, el pajarero y el viejo camión escolar pintado de rojo, nos transportó a nuestro México lindo y querido de los años cincuenta.
El evento central, un espectáculo multimedia conmovió a chicos y grandes y agrupó a alumnos y exalumnos en bailes y cantos. Fue muy significativo el haber recibido felicitaciones con una particular calidez de muchas instituciones con las que trabajamos juntos por preservar la educación y valores judíos. Algo que fue insólito, es haber recibido videos de niños de colegios ORT de todas partes del mundo, Ucrania, Francia, Lituania, Rusia, Israel, Bulgaria, Argentina y muchos más, uniéndose a nuestra celebración.
CIM ORT hoy es un colegio vivo, pujante, que vibra con sus alumnos, personal y voluntarios, que día a día se esfuerzan por hacer de esta institución un colegio de excelencia y valores. Somos respetuosos de nuestras raíces, con la conciencia de que para proyectarnos al futuro debemos aprender del pasado. El mundo cambia y con él debemos estar preparados para cambiar a favor de nuestros alumnos.
El orgullo de pertenecer, de ser parte de esta celebración nos enriquece como seres humanos, y nos invita a trabajar para la educación judía de nuestro país por muchos años más.