El rápido calentamiento de los océanos supone un grave riesgo para la supervivencia
de los arrecifes de coral. Afortunadamente, los corales del golfo de Aqaba, en el extremo septentrional del mar Rojo, tienen una tolerancia inusualmente alta a las condiciones de calentamiento que dañan a los corales duros en otros lugares.
No obstante, algunas porciones del arrecife han sido gravemente dañadas por el turismo descontrolado, la expansión de la población humana, la sobrepesca y el desarrollo costero que ha provocado la contaminación y el descenso de la calidad del agua costera.
En un estudio que acaba de publicarse en Fronteras de las Ciencias Marinas, un grupo internacional de investigadores propone medidas inmediatas para proteger de los cambios climáticos lo que podría ser uno de los mayores refugios marinos del planeta. Consideran que la UNESCO debe reconocer el arrecife de coral del mar Rojo como Patrimonio Mundial Marino para que pueda seguir proporcionando alimentos, medios de subsistencia y una fuente de medicinas naturales a más de 28 millones de personas que viven a lo largo de su costa en Egipto, Israel, Jordania y Arabia Saudita.
El estudio fue dirigido por Karine Kleinhaus de la Escuela de Ciencias Marinas y Atmosféricas de la Universidad de Stony Brook en Nueva York, y su coautora fue la profesora Maoz Fine, de la Universidad de Bar Ilan en Israel.
Los demás colaboradores estudiaron los corales del mar Rojo mientras estaban basados en Egipto, Israel, Jordania, Arabia Saudita, Australia, los Estados Unidos y Suiza.
Teniendo en cuenta las realidades políticas, los autores afirman que la mejor manera de facilitar la colaboración regional es el Centro Transnacional del Mar Rojo, una organización neutral establecida en marzo de 2019 en la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) de Suiza.
Los investigadores también recomiendan medidas que incluyen la plena cooperación regional en el marco de la directiva de altos niveles de gobierno, la vigilancia a largo plazo de la amenaza que supone para los arrecifes el desarrollo costero y el crecimiento demográfico, y el desarrollo sostenible del litoral del mar Rojo.
“Las amenazas al arrecife del mar Rojo en su totalidad, y al segmento más septentrional, singularmente resistente, están aumentando, y tendremos que trabajar juntos para preservarlos a pesar de los muchos desafíos políticos y prácticos. De lo contrario, tendremos que explicar a las generaciones futuras que nos mantuvimos al margen mientras nuestra generación destruía uno de los últimos arrecifes en pie”, concluyen los autores.
Fuente: agenciaajn.com