El 29 de noviembre (fecha

conocida en hebreo como Caf Tet beNovember) se cumplió el 67 aniversario de la resolución 181 de partición de Palestina de las Naciones Unidas, por la que se decidió crear un Estado judío y otro árabe. También, hoy se cumple el aniversario del 30 de noviembre de 1947, día en que estalló la guerra civil entre los judíos y los árabes en el Mandato Británico de Palestina, como así también la expulsión de los ciudadanos judíos de los países árabes.

La guerra continuaría durante cinco meses, transformándose en la Guerra de la Independencia, cuando el régimen del Mandato terminó definitivamente la medianoche 14 de mayo 1948, y el Estado de Israel, comenzó formalmente a existir.

Aunque las hostilidades existían antes y continuaron durante décadas, el detonante inmediato de la guerra civil fue la resolución de partición. El Plan de Partición propuso dividir el territorio – que había estado bajo gobierno británico desde 1920 – en un Estado judío y árabe, con Jerusalem bajo un régimen internacional especial.

Los británicos, que aún se recuperaban de la Segunda Guerra Mundial, estaban dispuestos a salir pero poco dispuestos a intervenir en la escalada de violencia.

La mayoría de los judíos celebraron la resolución, pero los árabes palestinos y los Estados árabes rechazaron la partición. Al día siguiente, el 30 de noviembre de 1947, el Alto Comité Árabe, que actuó como órgano de gobierno de los árabes de Palestina, llamó a protestas y una huelga. Hombres armados emboscaron a dos autobuses judíos cerca de la ciudad de Petah Tikva, matando a siete personas, y francotiradores árabes dispararon contra los autobuses y peatones en Haifa, Jerusalem y Tel Aviv. La guerra civil había comenzado. En ese momento, había más de 600,000 judíos y alrededor de 1,340,000 árabes en Palestina.

La resolución de la partición

La resolución pedía una división del Mandato de Palestina en dos Estados, uno judío y otro árabe. El plan de partición se discutió por primera vez en la escena internacional en la década de 1930, sugerido por las conclusiones de la Comisión Peel, una delegación de investigación británica que fue enviada a la Palestina del Mandato para analizar la situación tras la violencia entre judíos y árabes.

La comisión Peel llegó a la conclusión de que la continuación del Mandato Británico no era beneficiosa y recomendó entonces dividir la tierra en tres partes, dejando una zona a permanecer bajo el dominio británico.

Las recomendaciones de la Comisión Peel fueron rechazadas por ambas partes, judía y árabe, aunque las discusiones sobre el asunto continuaron. Al final de la Segunda Guerra Mundial, después de las revelaciones del Holocausto, los Estados Unidos presionaron al Reino Unido en relación con el Plan de Partición.

Una vez que los británicos habían cedido ante las demandas y presiones, las Naciones Unidas crearon un nuevo comité – el Comité Especial de las Naciones Unidas sobre Palestina (UNSCOP) – bajo cuyas recomendaciones la ONU votó la partición el 29 de noviembre.

El importante rol de las diplomacias latinoamericanas

Las diplomacias latinoamericanas desempeñaron, en particular, un papel decisivo en la resolución 181 de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) sobre la partición de Palestina en dos Estados, uno judío y otro árabe (noviembre de 1947). El peso numérico de los Estados latinoamericanos (un tercio de los miembros) y el rol central de la AGNU otorgaron a los representantes latinoamericanos una responsabilidad histórica en uno de los problemas más espinosos que ha tenido que tratar la comunidad internacional. Las naciones europeo-occidentales, junto con Estados Unidos, sumaron doce países que votaron a favor, mientras que los países latinoamericanos, sumaron trece. En el resto del mundo, cada zona obtuvo muy escasos votos a favor, alrededor de uno o dos (Europa del Este, cinco, África, dos, Asia Pacífico, uno).

Fuente: www.aurora-israel.co.il

Share.

Leave A Reply

Exit mobile version