De por sí ser voluntario ya es complicado y no sé porqué se

me ocurrió aceptar el viaje con CADENA a llevar cobijas, pañales, papel de baño y otros avituallamientos para gente de escasos recursos, a Mixtle de Altamirano y Zongolica, en la sierra veracruzana, me cuestiono si no va a ser una pérdida de tiempo, pero ya entrados en gastos, pues a embarcarnos en la aventura y disfrutar de la misión.

A las 6:00 horas en punto estábamos los 24 miembros de la misión en el estacionamiento del CDI, 16 miembros del Comité Ejecutivo y nueve voluntarios de CADENA. Sin duda, una gran sinergia.

Cargados de energía iniciamos el camino hacia Veracruz, seis horas de camino, los últimos 40 kilómetros, sinuosas curvas en una angosta carretera de dos carriles en las cuales nuestro camión tenía que reducir la velocidad por lo angosto y complicado del camino. El mareo se apoderó de varios de los viajeros, el ánimo menguaba y el malestar se iba generalizando…

El arribo a Mixtle fue alrededor de las 12:00 horas. Aunque la vegetación era exuberante, la neblina era tan densa que no dejaba apreciar el paisaje. Fuimos recibidos por la alcaldesa del lugar y por un grupo de mujeres de una Asociación Civil, llamada Mujeres por las mujeres de la sierra. De ahí nos llevaron al punto de reunión en donde mano a mano íbamos a entregar las cobijas a las mujeres de la región circundante de Mixtle, antes, las ancianas del lugar recibieron a algunos de nosotros con una ceremonia en donde con flores y copal nos dieron la bienvenida y las gracias. Eran alrededor de 1,000 mujeres con sus hijos, dos, tres, cinco y más, como marimbas, formadas en largas filas, divididas por regiones, esperando el turno de recibir los donativos que fuimos a llevarles.

La reunión fue en un vado al lado de la escuela zonal, una modesta construcción de madera, con un par de habitaciones, techo de lámina y piso de tierra apisonada. Dentro del cuarto más grande se instalaron los dentistas, en un par de mesas y sobre una cobija colocada a manera de sillón comenzaron a dar atención a todos aquellos que requerían de una limpieza bucal o una extracción de dientes y muelas, que, por la severidad de las caries, había que eliminar. En el cuarto adyacente, los doctores atendían a una gran cantidad de pacientes que se habían formado para ser tratados por varias dolencias e infecciones, la labor no era sencilla y se complicaba por la distancia que el lenguaje hacía abismal; ya que la mayoría solo habla náhuatl y era necesario acudir a un traductor para lograr entenderse. Mientras tanto, otros voluntarios repartían regalos a los niños que se formaban para jugar, divertirse y recibir un pequeño obsequio para seguir jugando, y otros más les enseñaban a los adultos a colocar y utilizar filtros purificadores de agua.

El tiempo transcurría y el trabajo era mucho, pero la satisfacción de ver caras sonrientes y gente que al vernos, que al recibir atención médica, que al momento de obtener una cobija o un regalo como lo recibieron cientos de niños, en ese momento te percatas de que vale la pena tomarse tiempo para dar, para aportar el granito de arena que puede marcar la diferencia. Alrededor de las 17:00 horas, dábamos fin a la primera jornada, regresamos al camión para volver a Mixtle y de allí viajar a Zongolica, donde cenamos y dormimos para prepararnos para la segunda jornada.

La cita era en el zócalo de Zongolica a las 9:00 horas, en esta ocasión la gente de la Sierra viajó a la cabecera municipal para recibir los donativos, y aunque también eran gente de bajos recursos, las posibilidades en este pueblo son mayores que las que tienen los habitantes de Mixtle.

Llegamos puntuales a la cita, la entrega se realizó en un salón, en un primer piso, que sirve como auditorio y salón de usos múltiples. Nuestra sorpresa fue mayúscula al entrar al salón y ver que miles de personas, la mayoría mujeres, niños y ancianos, que ya se encontraban formados, de nueva cuenta por comunidades, para recibir una cobija, juguetes, unos libros y otros artículos.

En el segundo piso del salón y al igual que el día anterior, improvisados consultorios médicos y dentales se instalaron para aliviar el dolor y curar las infecciones y afecciones de los habitantes de la zona, que pacientemente se formaban para recibir la atención de doctores y dentistas que, de manera desinteresada, siempre viajan a estas misiones con el único afán de ayudar a quien lo requiere y necesita.

A las 16:00 horas, después de una jornada llena de movimiento, de apoyos, de enseñanza, el día llegó a su fin. Algunas de las mujeres nos obsequiaron tamales y tacos para comer. Al término de la jornada emprendimos el viaje a casa, con la satisfacción de haber podido prestar un poco de ayuda y de acercarnos a comunidades lejanas a nuestra realidad, pero cercanas a nuestro corazón, mismo que por momentos se contraía al ver las carencias, y se expandía al percatarnos que con nuestros actos y nuestra presencia les estábamos dando la certeza de que alguien está con ellas. Que ya no son más seres invisibles, que la posibilidad de salir adelante está en sus manos, en las manos de las mujeres de la sierra.

Misión Cadena: Mixtle-Zongolica 2015. Ironías de la vida

//Dennise Jusidman
Facilitadora del seminario

Con los ojos llenos de lágrimas
El corazón palpitando fuertemente,
El alma confundida
Y un suspiro que surge de mis entrañas
Recibo la bendición de las ancianas del pueblo que descalzas, han caminado largo tiempo para llegar a nuestro encuentro.
El humo y aroma del copal,
Flores naranjas que adornan nuestro cuerpo,
Palabras que no me dicen nada por ser en náhuatl
Pero gestos y miradas que lo dicen todo.
Qué ironía… agradecen nuestra llegada.

Qué ironía…
Son cientos de mujeres las que agradecen nuestra presencia,
Las que sonríen al recibir una cobija, un pañal
Los niños que con ojos confundidos agradecen una pequeña paleta de caramelo,
Las que se forman en una larga fila para que les quiten el dolor de una muela,
Las que esperan escuchar al Dr. con la esperanza de ser curadas.

Qué ironía…son ellas las que agradecen
Cuando soy yo la que ha recibido tanto…

Gracias mujeres invisibles de la sierra
Gracias Cadena
¡Gracias vida!

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