Parece una pregunta fuerte para empezar un artículo, sin embargo,

hemos pasado momentos difíciles el último año y, en un abrir y cerrar de ojos dejamos de disfrutar las cosas que más nos llenaban por precaución, miedo o simplemente una nueva rutina. Han sido momentos de encierro, tristeza y desmotivación, pero todo puede ser diferente, ¿cómo? Aquí te lo recordamos. ¿Recuerdas cuando eras bailarín y no parte del público?, era increíble dejarse llevar por la música y el día de la función los pasos simplemente llegaban, era momento de disfrutarlos, no de repasarlos en tu cabeza. No necesitabas de mucho, simplemente llegar a tiempo, concentrarte y disfrutar al máximo tus ensayos, nos dolía todo el cuerpo, sin embargo, regresábamos al siguiente ensayo como si no tuviéramos memoria a corto plazo. ¿Cuántas veces susurrábamos a espaldas de los coreógrafos porque ya no teníamos aire, pero querían verlo una vez más para grabarlo? ¿Cuándo pensaste que la última vez en realidad iba a ser la última vez?, seguramente nunca, pero pasó. ¿Recuerdas cuando cantabas la porra al final del ensayo?,o ¿cómo se te acababa la voz cuando gritaban tu nombre en la final del Festival Aviv? El movimiento de danza judía ha existido por más de 40 años y en ese tiempo ha superado muchas cosas, sin duda esta etapa no será la excepción. Estemos donde estemos en 20, recuerda dónde estábamos y cómo nos sentíamos cuando bailábamos, la danza es un regalo y depende de ti si quieres aprovecharlo. No pierdas la oportunidad de hacerlo, te invitamos a participar en las audiciones, este domingo 23 de mayo en el CDI, escanéa el código y llena el formato.

//Federico Borenstein 

Share.

Leave A Reply

Exit mobile version