Jerusalem, junto con el mar Muerto y Tel Aviv, suelen componer el circuito clásico
de Israel. Sin embargo, para viajeros con algo más de tiempo, o que deseen salir de los circuitos tradicionales, el desierto del Negev, que se extiende en la mitad sur de Israel hasta llegar a Eilat, es un destino en auge.
Sobre todo para quienes buscan tranquilidad, disfrutar de buceo y deportes al aire libre como el trekking, el ciclismo o conocer la historia de Israel a través de sus granjas (establecimientos de agroturismo).
Agroturismo en el Negev
A 45 minutos de Beersheba, ciudad también conocida como Puerta del desierto, se encuentra una de estas granjas: Orlyya Farm sobre la carretera 40 (en ella se puede pasar la noche en tiendas de campaña por 80 shekels por persona ($20) o 600 shekels ($156) en una cabaña para dos personas con todas las comodidades. Desde este alojamiento rural se pueden realizar paseos a pie o en bicicleta por el desierto, hacer yoga o disfrutar de las estrellas. En Orlyya también se produce de forma artesanal el aceite de Argan, excelente para la piel. El visitante puede ver su proceso de producción así como comprar este exclusivo producto.
Otra opción de este tipo de agroturismo en el Negev es la Carmey Avdat Farm, cerca de la misma carretera 40, donde se cultivan orquídeas, olivos y viñedos. Además de visitar sus cultivos, y comprar alguno de los vinos que se producen aquí, el viñedo ofrece cabañas con vistas excelentes y todas las comodidades. En la granja se pueden ver petroglifos del desierto, algunos con miles de años. Esta granja forma parte de la red de granjas orgánicas de todo el mundo. Allí puede pasar unas semanas al año para trabajar en las labores de la granja a cambio de alojamiento y comida.
Avdat, y las ciudades nabateas
Muy cerca ambas granjas, y sin alejarse en la ruta 40, se encuentra Avdat (también conocida como Abdah, Ovdat y Obodat,), una de las antiguas ciudades nabateas que formaban parte de la ruta del incienso. Ubicada en un promontorio sobre el que luego se establecerían los romanos, es una visita muy recomendada. Cuenta con un centro de información donde se explica la historia del pueblo Nabateo. Además en la misma hay una estación de servicios y restaurantes donde los viajeros hacia el sur pueden reponer fuerzas.
Cráter Ramón: deporte, naturaleza y geología
Unos kilómetros más hacia el sur se encuentra el Cráter Ramón, que es una formación geológica única en la península del Sinai, y casi del mundo entero. Se trata del agujero que no está lleno de agua más grande del mundo, además de es una gran reserva en la que se pueden encontrar 80 tipos de minerales y diferentes tipos de formaciones geológicas. Justo a su entrada se encuentra la localidad de Mitzpe Ramón que cuenta con todo tipo de alojamientos; desde hoteles de cinco estrellas hasta albergues juveniles. En su centro de interpretación se da a conocer la historia de esta formación geológica, así como la vida del primer astronauta israelí, también de nombre Ramón.
El Cráter Ramón se puede recorrer en bicicleta o caminando (solo durante el día, por la noche está prohibido) de forma individual. También es posible dormir allí en una de las cuatro zonas permitidas (y gratuitas) o en un camping que suele costar 25 shekels por persona ($6) con servicio de duchas (aunque es necesario llevar la tienda de acampar).
Existen varias rutas para recorrer a pie o en bicicleta el Marktesh Ramón aunque también se puede hacer una inmersión rápida de medio día contratando un paseo en jeep.
Eilat
La carretera 40 de Israel termina en Eilat, el balneario israelí en el mar Rojo conocido por ser un destino perfecto para el buceo, y por su clima seco y cálido, además de ser un destino de compras sin impuestos.
La oferta de actividades de la ciudad turística es muy amplia, desde paseos en camello hasta un acuario que incluye un observatorio ubicado bajo el mar, el Under Water Observatory Marine Park.
Sin olvidar el Dolphin Reef Eilat, donde es posible bucear y nadar con delfines que viven el libertad en el mar Rojo, aunque están acostumbrados a la presencia humana. Este centro vacacional también ofrece una playa privada y unas piscinas donde se dan masajes, plan perfecto para pasar el día en pareja o en familia.
Al margen de esto, como todo ciudad costera, se ofrecen todo tipo de circuitos en barco, yates, paseo marítimo y todo tipo de tiendas y restaurantes. La ciudad hace frontera con Aqaba (Jordania) y Taba (Egipto) y cuenta con una amplísima oferta de hoteles. Para febrero de 2017 los precios rondan los 85 euros la noche en hoteles de tres o cuatro estrellas, con precios desde 55 euros según el metacomparador de precios. Una opción perfecta para descansar, bañarse y tomar el sol después de un viaje por Israel que siempre, bien sea por las rutas históricas-religiosas o por el desierto del Negev, es tan interesante como intenso.
Timna Park y el Sendero de Israel
Cerca de Eilat se encuentra el Timna Park, otro parque natural del Negev, que merece la pena visitar tanto por sus vistas, como por su historia y formaciones geológicas. Situado a 45 minutos, estas antigua zona de minas de cobre que fueron explotadas en época el emperador Ramsés, se puede visitar en coche, hasta ciertos puntos, y luego caminando o en bicicleta siguiendo alguno de las diez rutas señalizadas tanto para viajeros en buena forma física como para los más perezosos.
La entrada cuesta unos 10 euros que incluye un mapa con las rutas señalizadas y la entrada a una proyección explicativa de la importancia histórica de la zona. El parque no está situado en la carretera 40 de Israel sino en la 90, pero se puede visitar en medio día desde Eilat o haciendo una parada en el camino de regreso a Tel Aviv.
Por el Parque Timna también pasa el Sendero de Israel, una especie de Camino de Santiago local, que está perfectamente señalizado para los amantes del trekking. Une Eilat con la ciudad de localidad de Arad, en la frontera con Líbano.
Aunque todo el Sendero de Israel está planificado para recorrerse en 21 días, merece la pena realizar alguna parte si se tiene tiempo, bien al bajar a Eilat o de regreso a Tel Aviv, para empaparse del espíritu del Negev, el desierto de Israel.
Fuente: www.unidosxisrael.org