He propuesto un Taller Literario al CDI, que lleve a sus integrantes a vivir la fantástica aventura de escribir.

Mi intención es mejorar y cultivar la creación artística, y la visión teórica de cada alumno sobre el inmenso mundo de la Literatura. A partir de los dos módulos del taller, puedo asegurar que cada participante aumentará sus conocimientos y su habilidad como escritor, y en esto me comprometo con cada persona que se atreva a traspasar el horizonte magnífico de la Literatura.

De alguna manera, todos somos estudiantes en el campo literario. Adquirimos, poco a poco, una pequeña parcela de conocimiento. Si regamos y cuidamos de nuestro sembradío, podremos duplicar nuestras parcelas hasta poder cosechar creaciones literarias mayores, convertirnos en mejores narradores, dar vida ‘real’ a nuestros personajes y tornarnos en escritores cuyas palabras reedifiquen, a través del artificio del lenguaje, nuestras razones para escribir, nuestros motivos para dibujar en la ficción lo que amamos, odiamos o tememos de nuestra realidad. En otras palabras, sublimar nuestros más profundos dolores, alegrías, tormentos y regocijos, toda nuestra intimidad de sentimientos únicos, a la creación literaria, y al estudio de la Literatura. Esto, en gran medida, constituye la esencia del acto de escribir.

No podemos partir de la nada. Tenemos que aprender y retomar lo que los grandes escritores nos han enseñado y plasmado en sus obras. Como estudiante de Letras, me es imposible pensar en escribir sin leer. Leer es dar vuelo a nuestra mente, es llevarla a espacios y atmósferas mágicas y desconocidas. Leer es recrear el mundo que el escritor ha dispuesto para nosotros; es mirar su realidad y ataviarnos con sus velos; es volar, sí, y aprender cómo volar. Porque solo a través de la lectura podemos descubrir y estudiar los métodos que los grandes escritores nos han heredado. Para poder continuar con el magnánimo legado de tantos milenios de literatura, debemos primero estudiar y entender a nuestros antecesores en el campo de las letras. Si deseamos crear dolor psicológico, hemos de estudiar a Dostoievski; si queremos retratar los males de un matrimonio fracasado y los deseos carnales que nos descontrolan, hemos de estudiar a Flaubert y su obra, Madame Bovary; si anhelamos recrear los males del mundo y los peligros del presente y su tecnología, tendremos que estudiar el mundo de la literatura distópica, prestar mucha atención a los síntomas de inhumanidad que nos describen George Orwell y Aldous Huxley, entre otros; si deseamos entender las raíces del yo y del individualismo, debemos estudiar el período romántico de la Literatura.

Es por todo esto, que propongo que el Taller Literario se divida en dos módulos simultáneos: uno teórico y uno práctico. Dentro del teórico estudiaremos esas herramientas que constituyen a un escritor, a partir del ejercicio de la lectura y de la discusión. Este módulo está dividido en tres períodos que considero esenciales. El primero, Modalidades Discursivas, nos aclarará y alentará sobre los cuatro tipos de discurso: aprenderemos qué es la descripción, la narración, la exposición y la argumentación; enfatizando en sus usos, métodos, características, y en cómo hemos de utilizarlas.

El segundo módulo teórico está compuesto por lo que considero el periodo más álgido de la Literatura: El Romanticismo. No podemos entender el mundo literario actual sin estudiar esta época. Sin afán de adentrarnos en un estudio agobiante y profundo, analizaremos las bases que constituyen a esta revolución en la Literatura. A partir de la comprensión de las nociones del yo y del individualismo; de la libre comunión con la naturaleza, del irracionalismo creador, de la comprensión de los conceptos de lo sublime y lo grotesco, de la invención del género fantástico, de las atmósferas góticas y de las exóticas, de la primer gran vanguardia literaria y sus herencias; hemos entonces de comprender mucho mejor la naturaleza de la Literatura Moderna y sus alcances; mediante pocas lecturas teóricas, pero importantes. Empapándonos del estudio y el análisis de la gran revolución literaria del Romanticismo, podremos visualizar y crear textos que puedan superar, o igualar, a los grandes maestros románticos. De ellos, solo estudiaremos a profundidad a cuatro: Schiller, Göethe, Saint-Pierre y Balzac. El tercer módulo está compuesto del estudio de la realidad posmoderna y la deshumanización de nuestro presente: esto es la Literatura de la Distopía y de sus mundos terroríficos. Partiendo de la síntesis y de la discusión en clase, creo que todos podremos escribir con mayores ambiciones, porque habremos adquirido una base teórica.

Entonces, tenemos tres períodos teóricos a estudiar, que veremos en la primera mitad de las sesiones, para luego pasar a la parte práctica, a la creación literaria que abordaremos de mucho mejor manera con el apoyo de las lecturas y la discusión que susciten.

Dentro del módulo de creación, los participantes podrán escribir lo que deseen, mejorarán su redacción y el manejo de sus narradores. En esta parte, dedicaré atención personalizada a cada alumno para que desarrolle un texto, sin importar su género, que nos presente el mundo de su creador y sus intenciones. Dedicaremos una hora al taller práctico, en que discutiremos grupalmente las mejores posibilidades de desarrollo para cada texto. De esta manera, al finalizar el taller, cada participante habrá creado un texto que supere sus narraciones anteriores; en donde la creación presente congruencia, cohesión, tensión, buen manejo narratológico y un discurso que nos inmiscuya en ese mundo que ha creado el alumno, en donde las barreras de ficción y realidad carezcan de importancia porque sus personajes no serán mera tinta; vivirán en la narración y nos harán vivirla como lectores, enamorarnos de ella y encarnarla como propia. Como consecuencia de los diversos ejercicios en el módulo práctico y teórico, todos nos convertiremos en mejores escritores; aumentando nuestra visión y nuestro conocimiento literario.

La invitación está abierta para todos, para los valientes que quieran ejercer la pluma como el arma más trascendental; con el fin de recrear el mundo que nos rodea. Los espero con gusto y hambre de conocimiento, de anhelo de superarnos como escritores y lectores; con los brazos abiertos a las expectativas de cada alumno y del grupo, para crear, crearnos y sumergirnos en el mágico reino de las letras.

Taller de Literatura

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