En la obra de Lino Chávez hay un mundo mágico, plagado de personajes que celebran la vida, rodeados de acordes musicales,
ambientes mágicos donde los instrumentos son protagonistas.
La alegría de vivir la comparten con un mundo lúdico y fantástico de circo, donde podemos sorprendernos y gozar de la magia de la intrepidez.
Cada pieza es un cosmos con un tiempo propio, donde el silencio suena al aleteo del mar y lo navega donde se puede fluir, confiar, quedarse. Partituras en vuelo de emociones, universos de naturaleza móvil, sinfonías entre peces que se elevan y elementos que nos remiten a la ligereza de la vida.
Dejarnos fascinar por la vibrante obra del artista Lino resulta inevitable, el flechazo es inmediato, el corazón se entrega. Su virtuosismo levita en atmósferas oníricas que se ofrecen divertidas y entrañablemente emotivas.
Lino lleva 20 años pintando y haciendo escultura, su primer acercamiento con el Arte fue a través de su padre, el cual era escultor, esto provocó que desde pequeño empezara a descubrir diferentes materiales y herramientas. El artista recrea con las diferentes técnicas que domina a sus personajes y sus cuentos, la música es el factor que une a sus personajes y les da vida.
La temática son cosas cotidianas, oníricas, y lúdicas, que toma como inspiración para comenzar sus obras. La paleta de colores causa emociones y la alegría de la vida, aunque puede ser trágica, parte de su personalidad. En las obras se pueden observar escurridas y salpicadas de pintura, estos fueron los caprichos de los acabados que decidió el artista, y que se vuelve parte del tratamiento de la obra, como el mismo título de la obra explica, son sus cuentos y caprichos.
El pasado 3 de julio, la Galería Pedro Gerson se engalanó con la obra colorida y mágica de Lino, con más de 40 obras entre óleos y esculturas. Una asistencia de más de 200 personas las que acudieron al evento, sin olvidar la rifa de una de las obras del artista.