Miércoles 13 de mayo de 2015, 3:00 de la mañana, Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Día uno
Llegamos al JCC de Vancouver emocionados, ansiosos y con mucha expectativa de lo que podía suceder en esta gira.
Conocimos el JCC, descansamos y fuimos hacia el centro de Vancouver para poder calmar las ansias del shopping. Caminamos por las calles de Robson St., Grandville St. Fuimos a un centro comercial enorme que se llama Pacific Center que se encuentra bajo el piso de todas las tiendas que se encuentran al exterior. Comimos, platicamos, caminamos y caminamos.
Regresamos al JCC para conocer a las familias que nos iban a recibir en sus casas y nos fuimos a descansar.
Día dos
Uno de los días más divertidos de toda la gira. Hay un lugar en Vancouver que se llama Grandville Island, y es un mercado gigante al lado de la bahía en donde puedes comprar desde los recuerditos de Canadá, hasta hamacas y sombreros, pasando por todo un mercado de comida nacional e internacional que hacen que el olfato sea uno de los principales sentidos.
Llenos de rugelaj, nos dirigimos al Kids Market, jugamos y jugamos como niños chiquitos y terminando dimos una pequeña función afuera del mercado para toda la gente que se encontraba sentada ahí. Después de una gran ovación nos fuimos de regreso al JCC. Ahí, cenamos, nos organizaron una actividad de improvisación y de unión con la gente de Vancouver.
Día tres
Nos dirigimos muy temprano a Grouse Mountain.
Este lugar increíble nos permitió, a algunos, poder observar a osos en su hábitat natural, correr por el bosque, que aunque nos hubiera encantado que estuviera nevado, igual pasamos un momento increíble. Tomamos chocolate caliente, comimos el platillo canadiense Poutine y convivimos con el grupo de Miami.
Ese día hubo ensayo técnico, ahí pudimos ver un poco de lo que se iba a bailar durante los shows y después de eso conocimos a Elad Shtamer, quien es un coreógrafo israelí, el cual nos puso la coreografía final para el día de la función. No pudo faltar el Kabalat Shabat con la comunidad del JCC y la harkadá al finalizar la cena.
Día cuatro
¡Este día estuvo increíble!
Primero fuimos a Fly over Canada, una película en 4D. Aquí pudimos hacer un tour por todo Canadá, sus bosques, montañas, ciudades y por supuesto que fue muy emocionante el sentir de otra forma el volar sobre un lugar, mojarte, saborear los olores que te ofrece este maravilloso país.
Como buenos turistas, caminamos por la ciudad y llegamos nuevamente al centro, donde pudimos comprar todo lo que no pudimos el primer día. Además de que pudimos observar la ciudad ya con otros ojos.
Nuevamente caminamos por otra zona de la ciudad y llegamos a Sunset Beach, un lugar increíble en donde hicimos picnic, tronquitos por una colina, bailamos en la playa y pudimos echar muchísimo relajo como grupo.
Día cinco
El Día. Meses de trabajo, de esfuerzos y de energía para este momento. Los shows.
Nos preparamos en el camerino, pusimos música, nos relajamos, nos maquillamos, peinamos y nos concentramos para demostrarle a la comunidad de Vancouver de lo que trata la danza judía en México.
Función 1, todo un éxito. La gente cantaba, aplaudía y se emocionaba mientras pasaba la coreografía. Bailamos el final junto con las bailarinas de Miami y Vancouver, y sentimos una unión muy especial. Comimos algo rápido y nos preparamos para lo siguiente.
Función 2, ¡qué energía! El público cada vez más y más emocionado, gritando “¡México, México!”. Cansados, pero la energía seguía fluyendo y al final, ovación de pie. Volvimos a bailar el final con los demás bailarines y sentimos aún más ese cariño y respeto que sentíamos por el otro.
Agotados, pero emocionados nos fuimos a una fiesta de despedida que nos prepararon y bailamos sin parar, cenamos, nos tomamos fotos con todos y nos despedimos de un grupo maravilloso de gente y bailarines con los cuales logramos crear una amistad para toda la vida.