Con la visita del Colegio Alemán Alexander von Humboldt, campus La Herradura, inició la conmemoración del Día Internacional

Con la visita del Colegio Alemán Alexander von Humboldt, campus La Herradura, inició la conmemoración del Día Internacional del Holocausto en el Colegio Hebreo Sefaradí. Este año se cumplen 75 años de la liberación de Auschwitz.

Los estudiantes, guiados por los alumnos de preparatoria de la Sefa, realizaron una actividad de integración para conocerse y compartir parte de sus culturas y tradiciones. Posteriormente recorrieron el Centro de Estudios Multisensorial (CEM), en el que también visitaron la exhibición temporal “Mi nombre es… Los niños y jóvenes perdidos del Kloster Indersdorf”.

Los talleres de sensibilización a los que asistieron los grupos de las dos escuelas tuvo la intención de hacer conciencia sobre el tema de la Identidad de las víctimas después del Holocausto. También se hicieron actividades de reflexión sobre el rescate de los niños y el intento de reubicarlos haciendo esfuerzos internacionales para localizar a sus familiares.

La importancia de poseer un nombre

“En 1944, cuando se inauguró el Colegio Hebreo Sefaradí, la Comunidad Judía en México vivía tiempos de tranquilidad y prosperidad, mientras que en Europa la situación era diferente. Allá se estaba viviendo el horror del Holocausto”, hizo memoria Emanuel Jinich, director general del colegio, durante la apertura de la ceremonia del recuerdo.

Por su parte, el rabino Moisés Chicurel enfatizó la importancia de poseer un nombre. “Cuando una persona muere, sigue viva gracias a este. Lo hará por siempre. Porque el nombre que cada uno tenemos significa perpetuarnos ante la vida. Ojalá cada uno de nosotros podamos tener la energía suficiente no solo para consumir el tiempo que nos toca vivir en este mundo, sino para dejar un legado. Y así todo concentrarlo en la cadena eterna de la vida”, concluyó.

La familia, la mayor riqueza en la vida

Judy Stern, directora del CEM, invitó a los asistentes a vivir con conciencia y plenitud. “Hay que hacer la indiferencia y apatía a un lado. Hagámoslo todo con un propósito”. Mientras tanto, Ivonne Leizorek, representante de Yad Vashem México, rescató una parte de la historia, cuando en 1945 el Ejército Rojo liberó Auschwitz. “Pero no es suficiente recordar. Hay que aprender a no permanecer callados frente a la barbarie que subyuga a miles de seres humanos, incluso hoy en día”, relató.

Testimonio de un sobreviviente

El Sr. Meyer Brzezinski cerró la ceremonia compartiendo su historia de vida. Hacia 1939, cuando “la gente tenía la orden de no comprar en tiendas judías. También estaba prohibido acercarse a los judíos. Ya para 1941, tuvimos que pedir refugio en la granja de un polaco, quien nos escondió en un hoyo seis metros bajo tierra durante 22 meses. Finalmente fui liberado. Ya para 1946 pude viajar de Francia a Nueva York, y a los tres meses a México”.

Jacqueline Goldberg Brzezinski, profesora de la Sefa, y nieta del Sr. Meyer leyó unas emotivas palabras de agradecimiento por todas las enseñanzas que su abuelo le ha dado en la vida. “Soy un hombre feliz. Porque después de haber perdido a toda mi familia, ahora tengo una. Y muy grande, con 38 miembros entre nietos y bisnietos”, relató emocionado el Sr. Brezinski, al mismo tiempo que dejó un mensaje para los jóvenes: “Nunca hay que perder la esperanza. Nunca debemos bajar las manos, sigan adelante. Todo en la vida se puede resolver teniendo la esperanza”.

 

 

 

//César Gabriel

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