Es muy importante saber cuándo los alimentos no se pueden consumir o se encuentran en mal estado. Esta tabla te ayudará a conocer estos detalles.

Para saber que las condiciones de los alimentos son sanos, por ejemplo, en el caso de las carnes, la res debe ser de un rojo cerezo y brillante. El cordero es de color rojo ligero. Las texturas ideales para cualquier carne, es siempre firme y retracta al tacto. No se debe consumir cuando el color es café verdoso, manchas o puntos cafés, la textura es seca, pegajosa o babosa. Es importante revisar que el empaque no se encuentre roto.

En las aves, no deben tener decoloraciones, con textura firme y retracta al tacto. Evitemos consumir cuando es de color morado o verdoso, las alas nunca deben tener puntas negras ni coyunturas.

Para pescados los ojos son brillantes, claros y resaltadotes. Su textura tanto en carne como la barriga son firmes, y se retractan al tacto, de olor sutil y ligero. Evita comerlos cuando los ojos están hundidos o con coloración roja alrededor, con las branquias secas y de color grises o verdes, carne suave o hundida al tacto, olor a amoniaco.

En los lácteos, una mantequilla en buen estado debe ser dulce, de leche pasteurizada. El envase debe estar bien cerrado y empacado. No consumir cuando la leche no esté pasteurizada, rancia, con moho. En el caso de la leche, es vital que esté pasteurizada, con fecha de caducidad y el recipiente debe encontrarse en un buen estado. Por el contrario, por ningún motivo pueden estar abiertos los recipientes o en mal estado, y se debe rechazar con fecha de caducidad vencida. Los quesos deben ser de leche pasterizada, con olor característico y con empaque intacto. Se rechaza si presenta moho o partículas extrañas, si viene de leche no pasteurizada y de olor extraño.

En el huevo, se puede consumir cuando la yema es abultada y adherida a la clara. La clara tiene dos capas, y tiene que estar pasteurizado y no puede flotar en el agua. No se deben consumir con yema aplastada, clara aguada y sin pasteurizar.

En pan debe ser siempre fresco, con empaque limpio y olor característico. Jamás debe tener moho, empaque roto y con olor a rancio.

En los abarrotes debemos fijarnos en fabricantes confiables, latas sin abolladuras u oxidación. No se deben comprar latas que se encuentren oxidadas, hinchadas, abolladas o picadas.

Y por último, el hielo debe venir de agua potable y bien empacada; y no se deben consumir cuando no es potable, con suciedad y sin empaque. 

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