Israel ha regresado a África, el continente con el que ya mantuvo

estrechas relaciones en los años sesenta, cuando los dirigentes de los países recién independizados simpatizaban con el Estado hebreo creado en 1948. El regreso, concretado en los últimos años con el restablecimiento de relaciones diplomáticas, encuentros bilaterales de alto nivel y el desembarco de empresas israelíes –sobre todo de seguridad y tecnología agrícola– se debería oficializar de forma simbólica con la participación de Israel como miembro observador de la Unión Africana en la cumbre de la organización panafricana de Addis Abeba, entre el 5 y el 6 de febrero.

Sin embargo, la admisión acordada por el presidente de la Comisión de la UA, Moussa Faki Mahamat, el 22 de julio del año pasado, se deberá discutir durante la cumbre. La admisión ha sido rechazada por países tan importantes como Argelia, que no reconoce el Estado de Israel; Túnez, Suráfrica, Zimbabue, Egipto y Nigeria, que critican que la decisión la tomara Faki Mahamat de forma unilateral, con el apoyo del presidente en ejercicio de la UA, Félix Tshisekedi.

En las últimas semanas, la diplomacia israelí se ha movilizado para buscar apoyos entre países con peso en la UA, como Senegal –cuyo jefe de Estado, Macky Sall, tomará el relevo de Tshisekedi en la presidencia de la organización–, Chad y Marruecos, con quien estableció relaciones diplomáticas en diciembre del 2020.

Israel había sido miembro observador hasta 2002, cuando la Organización de la Unidad Africana (OUA), creada en 1963 en Addis Abeba en la euforia por las primeras independencias, dejó paso a la Unión Africana. La expulsión de Israel fue una exigencia del impulsor de la nueva entidad, el líder libio Muamar Gadafi, cuya influencia era notable en muchas capitales africanas, sobre todo del Sahel y de pequeños países, necesitados de su ayuda financiera.

En el caso de que se confirme la admisión, Israel habrá conseguido un importante éxito diplomático en un continente receptivo a las tesis palestinas. Miembro observador desde el 2012, la Autoridad Palestina asiste con regularidad a las cumbres, en las que interviene su presidente, Mahmud Abbas. En el momento de mayor ostracismo de Israel en África, a causa de la ruptura de relaciones diplomáticas por parte de numerosos países en respuesta a la guerra de Yom Kipur en 1973, llegó a intervenir ante la OUA el líder de la Organización de Liberación de Palestina, Yasir Arafat.

El regreso de Israel a la Unión Africana refleja, según destaca Rina Bassist en un análisis publicado en el Centro Moshe Dayan de la Universidad de Tel Aviv, los cambios políticos en las relaciones con Israel, basadas más en el pragmatismo que en la ideología. No obstante, su ingreso no significa que la UA deje de criticar la política israelí y de apoyar las resoluciones de condena de la ocupación. Bassist subraya que la experiencia demuestra que los países africanos con los que se han establecido relaciones diplomáticas y lazos comerciales siguen votando a favor de los palestinos en los foros internacionales.

Fuente: politicaexterior

 

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