Tal vez cuando has estado en el Jardín Weizmann de Ciencias te has acercado a observar dentro de un agujero
que está marcado con un ojo que tiene un triángulo en el centro. Observando tal figura desde ahí podrás mirar que es un verdadero triángulo unido por todos sus lados; sin embargo, si la observas con cuidado notarás que el triángulo es muy extraño. De hecho es una figura que es imposible construir.
Este objeto imposible llamada tribarra o triángulo de Penrose fue creado por el artista sueco Óscar Reutersvärd en 1934, él era solo un estudiante que, aburrido en las clases, llenaba de figuras las hojas de sus libros. Uno de sus pasatiempos preferidos era dibujar estrellas de varias puntas lo más regulares posible. Un día trató de dibujar una estrella con seis puntas rodeándola de cubos y cuando lo hizo, descubrió que los cubos formaban una figura extraña.
Fue Roger Penrose, un matemático inglés, el que independientemente lo estudió y lo popularizó en la década de 1950, al demostrar que era una ilusión óptica describiéndolo como ‘imposibilidad en su más pura forma’, ya que sus lados no están sobre un solo plano; sin embargo, al observar la figura desde un punto específico, crea la ilusión de ser un triángulo plano. En 1956, junto con L.S., Roger Penrose publicó el artículo Figuras imposibles: una clase especial de Ilusiones Visuales; en él introducían figuras como el ‘tribar’, que es un triángulo imposible formado por tres barras o la escalera sin fin.
Roger Penrose años después comentó que gran parte de la inspiración para el artículo le vino al visitar una exposición de la obra del artista holandés Escher. Por entonces, los trabajos del pintor no incluían elementos imposibles, pero la naturaleza de sus trabajos fue motivo de inspiración para Penrose. En cualquier caso, por las fechas de la publicación del artículo, Escher ya estaba trabajando con figuras imposibles y el texto de Penrose le sirvió a su vez de inspiración para nuevas creaciones como lo fue su litografía de la ‘cascada’.
El triángulo imposible, como su nombre indica, no se puede construir, pero observando otras figuras desde un ángulo adecuado, se puede conseguir una figura que tenga su apariencia.
Ahora ya sabes qué hay detrás de este aparato con el que contamos en nuestro Jardín Weizmann de Ciencias, descubriendo que la ciencia es divertida.