La historia milenaria de la menorá, el candelabro de siete brazos que es uno de

los símbolos más antiguos del judaísmo, recibe un homenaje en Roma en una exposición inaugurada y fruto de la primera colaboración entre los Museos Vaticanos y el Museo Judío de Roma.

La muestra Menorá: culto, historia, mito, se podrá ver hasta el 23 de julio en Roma y cuenta con cerca de 130 obras.

El público que se acerque a contemplarla podrá conocer la historia y el misterio que rodean a este objeto a través de dos itinerarios: uno dispuesto en el brazo de Carlomagno de los Museos Vaticanos y un segundo en el museo de la comunidad judía en la capital italiana.

Quien acceda a la exhibición, evidentemente, no podrá ver la menorá original porque aquel objeto sagrado está en la actualidad desaparecido, pero sí que se pueden observar pinturas, esculturas y otros objetos que han inmortalizado a lo largo de los siglos esta pieza y que son custodiados en diversos museos de todo el mundo.

Así, por ejemplo del Palacio de Liria de Madrid, procede una biblia judía en castellano, mientras que de la National Gallery de Londres se expone el óleo del siglo XVI The purification of the Temple, de Marcello Venusti, y del Museo Judío de Nueva York el óleo The rubbi’s blessing, del siglo XIX, de Moritz Daniel Oppenheim.

Se trata de una ocasión única, en palabras de la directora del Museo Judío de Roma y una de las comisarias de la exposición, Alessandra Di Castro, para sumergirse en la historia de este enigmático objeto en oro macizo cuyo diseño fue revelado por D-os a Moisés según el libro del Éxodo.

El objeto fue colocado en el Primer Templo de Jerusalem, que quedó destruido bajo las órdenes del rey de Babilonia Nabucodonosor II en el año 586 a. e. a.
En el año 70 d. e. a. las tropas del emperador Tito sitiaron y conquistaron la ciudad de Jerusalem y saquearon el Segundo Templo de esa ciudad, robando diversos objetos de valor, entre ellos esta menorá, que después portaron a Roma.

Aquel episodio aún hoy es lamentado de forma anual por los judíos durante su festividad Tisha Beav y en Roma fue esculpidoen relieve en el Arco de Tito, construido poco después de la muerte del emperador, que se encuentra en los Foros Imperiales.

El relieve, del que los museos vaticanos exponen ahora una reproducción, representa a los soldados romanos llevándose la Menorá.

Aquel tesoro se perdió en Roma en el siglo V, concretamente en el año 455, cuando los vándalos dirigidos por Genserico atacaron la ciudad eterna.

La lámpara pudo ser trasladada entonces hasta Cartago, pero no se sabe con seguridad, tanto es así que han sido numerosas las leyendas que han tratado explicar su destino.

Algunas apuntan a que se mantiene oculto en el Vaticano y otras sugieren que desapareció bajo las aguas del río Tiber durante el asalto o que fue llevada de vuelta a Jerusalem.

Fuente: www.aurora-israel.co.il

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