Por primera vez en la historia del país, Israel terminó el año 2016 con un tercer año

consecutivo de caída de precios, informó la Oficina Central de Estadísticas. Con la economía y los salarios en buen estado, la baja de los precios ayudó a consolidar un boom del gasto del consumidor el año pasado.

El índice de precios al consumidor cayó un 0,2 por ciento en 2016, luego de un descenso del uno por ciento en 2015 y del 0,2 por ciento en 2014, informó el organismo. El Banco Central de Israel dijo en respuesta que espera que la inflación regrese en 2017 y que el ritmo anual probablemente alcanzaría la mitad del rango objetivo del gobierno del uno a tres por ciento anual para fines de año.

La inflación negativa, tradicionalmente preocupante para los economistas porque puede significar una demanda débil y disuadir a la gente de invertir en gastos y negocios, no ha tenido un impacto negativo en la economía israelí, que creció un 3,8 por ciento el año pasado.

En cambio, la caída de los precios se ha visto acompañada de un aumento de los salarios y de un aumento de la demanda de los consumidores, que se manifestó el año pasado con un aumento en las compras de automóviles -la mayoría financiada con préstamos a bajo interés- y viajes en el extranjero. La confianza de los consumidores ha sido alta, aunque el Banco Central considera que la expansión económica se desacelerará este año a un 3,2 por ciento y para 2018 pronostica un 3,1 por ciento.

A lo largo de 2016, los consumidores disfrutaron de una disminución del 1,5 por ciento en los precios de los alimentos, luego de una caída de 0,1 por ciento en 2015. Los precios de los productos frescos cayeron un 2,7 por ciento, pero siguen siendo mayores que hace dos años debido a un aumento de 13,2 por ciento en 2015.

Los precios de los muebles y los electrodomésticos cayeron un 2,4 por ciento, luego de una baja de 1,6 por ciento en 2015, mientras que los precios de la ropa cayeron un uno por ciento, sumando una caída de 1,7 por ciento en 2015. Pero había algunas excepciones a la regla. El costo de mantener una casa mostró un aumento inesperado del 1,4 por ciento en el año, mientras que los costos de salud subieron 0,8, luego de una caída de 0,3 por ciento el año anterior. El índice de precios de la educación, la cultura y el entretenimiento subió un 0,7, tras caer un 0,8 por ciento en 2015.

El índice de precios de la vivienda -que se acerca al resto del IPC en un mes- subió un 8,1 por ciento en promedio en octubre-noviembre, comparado con los mismos dos meses de 2015. Sin embargo, el ritmo de los aumentos de los precios de la vivienda se desaceleró en los dos meses a solo 0.4  por ciento menos que el promedio de septiembre-octubre de 2016. En lugar de la tibia demanda, la deflación israelí ha sido causada principalmente por factores externos, explicó el Banco Central en un comunicado.

“Es el resultado de la baja inflación mundial y una fuerte caída en los precios de la energía, las reducciones administrativas en los precios por parte del gobierno, una apreciación (del shekel), una mayor competencia y la conciencia del consumidor”, informó el Banco. La presidenta del Banco Central, Karnit Flug, ha estado tratando de debilitar el shekel contra el dólar para hacer competitivas las exportaciones israelíes. Pero a pesar de la intervención regular en el mercado de divisas, el shekel en realidad se fortaleció cerca de un 1,5 por ciento frente al dólar el año pasado.

Una razón es el fuerte crecimiento económico y un gran superávit en cuenta corriente. Otra es que a pesar de que la tasa de préstamos de base de Israel está en un mínimo récord del 0,1 por ciento, es alta por los estándares de los países desarrollados, lo cual atrae fondos. Sin embargo, el Banco ganó el crédito por sus políticas sobre la baja tasa de desempleo de Israel, el crecimiento económico y, sobre todo, su decisión de no adoptar políticas monetarias no convencionales que pudieran haber dado un ascenso a la meta, pero con riesgos.

Fuente: www.aurora-israel.co.il

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