Los pueblos español y griego comparten fuertes similitudes,no solo por su cálido
carácter mediterráneo y su desafortunada crisis económica; sino también por su peculiar actitud ante el pueblo de Israel. Ambos pueblos tuvieron durante siglos una fuerte tradición antisemita medieval, alimentados los unos por el cristianismo católico y por el ortodoxo, los otros. Deslegitimizado aquel, sin duda, por la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, la izquierda política sirvió de vehículo para trasmutar ese fervor cuasi piadoso en una especie de hostilidad hacia Israel (más allá de las críticas que sí se merece), un fenómeno que aparece irritantemente sobredimensionado en el mundo virtual y cultural –los noticieros de televisión, medios de comunicación, blogs, etcétera.
Paradójicamente, la presencia simultánea de los ministros españoles de Justicia, Rafael Catalá; Interior, Jorge Fernández Díaz, y griego de Exteriores, Nikos Kotzias, en Jerusalén, sugiere que cuando las dificultades abruman; sus líderes saben a dónde buscar algún diminuto alivio.
Tras la cadena de atentados jihadistas en Francia, Túnez y Kuwait; España ha elevado su alerta al grado cuatro, el más alto desde el atentado terrorista en Madrid, el 11 de marzo de 2004, en el que fueron asesinadas 191 personas y más de dos mil resultaron heridas. Producido tres días antes de las elecciones, el ataque terminó con las expectativas de reelección del Partido Popular, del saliente presidente español José María Aznar.
Seguramente, el actual presidente Mariano Rajoy quiere proteger a su población y tiene pocos deseos de sufrir un cuestionamiento a posteriori de su carrera política. Por lo tanto, no sería extraño que haya enviado a sus delfines a interiorizarse de la desgraciada experiencia israelí –una vívida democracia empapada con una constante lucha antiterrorista-.
Ciertamente, el actual gobierno de Madrid, busca mantener fuertes lazos con el mundo árabe; pero al mismo tiempo no deja de tener una buena sintonía con el Estado judío.
Por el otro lado, el primer ministro, Benjamin Netanyahu, agradeció la visita de Kotzias “en un momento crítico para Grecia y a pesar de los eventos dramáticos”, lo que demuestra “el compromiso y la amistad” entre los ambos países.
Netanyahu se comprometió a “ayudar de todos los modos que podamos para garantizar el éxito de Grecia, no solo por la amistad existente, sino también porque “la estabilidad de un país afecta a la de los demás”.
Israel y Grecia han tratado de fortalecer sus lazos para contrabalancear la influencia de Turquía en la zona. Ambos países han realizado ejercicios militares conjuntos, un signo de sus crecientes buenas relaciones.
“Siempre que veo a los israelíes visitándonos, pienso que esta gente ama tanto a Grecia; que nosotros deberíamos aprender a amar a Israel de la misma manera”, concluyó Kotzias.