El sacrificio de Pésaj se realizaba en la víspera de Pésaj, por la tarde, y era comido a la noche.
Encontramos varias particularidades en las leyes del Korbán Pésaj (Sacrificio de Pésaj), estas nos llevan a la conclusión de que lo que la Torá busca en esta fiesta es una sola cosa: ajdut, la unión, y unidad del pueblo de Israel.
- El animal del sacrificio no se cocinaba en agua, solo se asaba. El agua de la cocción separa y desmenuza la carne; el asado hace que la carne sea más compacta, la une.
- Al comer, no se podían romper los huesos del animal. Eso muestra separación.
- El korbán debía ser comido en jaburá, en grupo. Todos juntos.
Ahora bien, si el Séder de Pésaj es tan importante, ¿por qué se hace en el hogar y en familia, y no en la sinagoga?
Porque el hogar es el verdadero forjador de la moral y los valores.
La Torá pone énfasis en la familia. Cuando los judíos descendieron a Egipto, el texto dice que cada uno de los hijos de Yaakov “llegó con su familia” (Shemot 1:1).
¿Y qué pasó en Egipto? “La tierra se llenó de ellos”, de los israelitas (Shemot 1:6).
En Egipto los judíos fueron a teatros y circos. Pensaron que saliendo de la casa encontrarían bienestar espiritual. Pero antes de salir de Egipto, Hashem les ordenó comer en familia: “Que tomen un cordero por casa paterna, un cordero por casa” (Shemot 12:3).
¡La última cena en Egipto fue en familia!
¿Cómo podemos restituir la centralidad de la familia en la vida judía? ¿Cómo podemos llegar a los niños que no logramos inspirar?
¡Nuestros Sabios nos enseñan que no debemos dejar de lado a ninguno de ellos! Por eso en la Hagadá se habla de “los cuatro hijos”. Porque debemos incluirlos a todos.
Fuente: aishlatino