Venezolano de nacimiento y trompetista de corazón, Yojanan Peretz

llegó a España para comenzar la práctica de la música regional latinoamericana, que había aprendido desde su infancia en el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela.

“Amo la música porque desde que la estudiaba, el objetivo era quitarle el arma blanca a los niños y darles un instrumento, una ocupación. Un sistema en el que toda la infancia podía acceder de forma gratuita, a una forma viable para desarrollarse. Durante mi proceso viajé a España y pertenecí a grupos de mariachis hasta que un día, se me vino una idea, armar mi propio equipo”, contó en entrevista, Yojanan Peretz.

​Así decidió partir a Jerusalem, en un vuelo hacia Israel, y comenzar la búsqueda de otros cuatro integrantes, que como Yojanan tuvieran el mismo deseo de transportar la música mexicana al otro lado del mundo.

Durante su misión, encontró a Yosef Villarreal, un mexicano que llegó a la Tierra Sagrada junto a su familia para practicar el judaísmo de la antigua ciudad, y que vio en él talento como cantante para fortalecer el simbolismo.

Yosef aceptó la propuesta pues más allá de la paga, tenía la certeza que llevar la música mexicana pintaría de colores el territorio israelí, pues “Jerusalem ha pasado por destrucción, la guerra, y mucha violencia. Lo importante era traer alegría a través del sabor de la cultura”.

“Normalmente nos contratan aquí de todo el mundo, más que todo municipalidades, eventos culturales, que quieren traer algo más temático para la ciudad. Entonces nos llevan para eso, para hacer eventos con un poco de cultura, somos prácticamente embajadores culturales de México en Israel”, sostiene Peretz.

Fuente: milenio.com

 

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