El ser madrijá de Jonathan, la shijvá de los más pequeños de Macabi, te

permite revivir momentos de la infancia para recordar el niño que hay dentro de cada uno de nosotros, y lo fácil que es volver a vivir todas esas experiencias al enfrentarnos a lo desconocido. 

Entrar en esta etapa a Macabi como janij, es una experiencia que abre todo tipo de puertas: es una vivencia única de formación como persona que no se encuentra en ningún otro lugar, y la mejor parte, es toda la gente increíble que te acompaña en este camino. Constantemente te encuentras rodeado de gente de tu edad que disfruta de las mismas actividades y los mismos juegos que tú, que siempre te acompaña y pasa a formar parte de los que algún día serán tus recuerdos más preciados, hasta descubres que, sin darte cuenta, encontraste un segundo hogar y una segunda familia. La mejor parte de ser janij en la shijvá Jonathan es que todo es real y mágico; cuando tienes siete años, un dragón de cartón gigante se transforma en uno real en tu mente, y cada peulá es un viaje a otro mundo, una aventura.

Ser madrijá en la shijvá Jonathan es una experiencia increíble, las sonrisas de tus janijim te llenan y te motivan a hacer lo imposible por darle a los niños todas esas experiencias mágicas que tú tuviste cuando eras janij, y tener esa conexión con ellos a pesar de la enorme diferencia de edad, sentir que confían en ti y que realmente les importa lo que les estás transmitiendo, que disfrutan y aprenden de las peulot que pasas tanto tiempo planeando. La mejor parte de ser madrijá es ese sentimiento que tienes toda la semana de esperar a que sea sábado para ver a esas personitas, y tener la oportunidad de ser una niña de ocho años de nuevo.

Ser macabeo es mucho más que ir a una tnuá cada sábado, es un estilo de vida, es algo que está presente en ti todos los días de tu vida.

#ContigoMacabiEsMás

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