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Mitos que ponen en riesgo a tu familia
La falta de información ha hecho que muchas personas posterguen indefinidamente la decisión de otorgar un testamento. Con frecuencia, lo que detiene este paso no es la complejidad del trámite, ni el costo, sino la creencia en frases repetidas de generación en generación que terminan siendo falsas. Estos mitos ponen en riesgo a la familia al dejar sin resolver cuestiones fundamentales.
Una de las ficciones más comunes es pensar que el testamento es un asunto exclusivo de personas mayores. La realidad es distinta, puesto que nadie tiene asegurado el mañana y el testamento puede otorgarse a partir de los 16 años. La Ley permite otorgarlo cuantas veces sea necesario, de modo que se adapta a los cambios en la vida familiar y patrimonial. Postergar su firma bajo la idea de que aún falta mucho tiempo deja abierta la posibilidad de un procedimiento intestamentario que será más largo y costoso para los herederos.
Otro error frecuente es creer que al otorgar testamento se pierde el control sobre los bienes y, en realidad, la persona conserva en vida todas sus facultades de disposición: puede vender, donar, hipotecar o administrar como lo considere conveniente. El testamento sólo produce efectos a partir del fallecimiento, nunca antes. Pensar lo contrario genera una desconfianza innecesaria hacia un instrumento que en nada limita la libertad del propietario.
También es común escuchar que el testamento es caro, tal percepción ignora que, durante septiembre, gracias a la campaña nacional del mes del testamento, los honorarios se reducen significativamente y las notarías ofrecen facilidades de atención. El costo de otorgarlo resulta, en todos los casos, muy inferior al gasto y al desgaste emocional que implica un juicio intestamentario.
Quizá el mito más peligroso sea el de quienes sostienen que “no tienen nada” y por eso no necesitan testar. Incluso sin propiedades, el testamento cumple una función esencial: designar tutores para los hijos menores de edad. Esta decisión evita que sea un Juez quien elija quién cuidaría a los menores y garantiza que queden bajo el cuidado de la persona que el testador considera idónea. Además, aun cuando se crea que no hay bienes, suele haber cuentas, pertenencias, derechos laborales o incluso expectativas de herencia que requieren certeza jurídica.
Finalmente, persiste la idea de que el testamento es un trámite para ricos. En realidad, todos tienen algo que proteger: desde una vivienda modesta hasta objetos de valor sentimental, pasando por cuentas bancarias, vehículos, negocios o activos digitales. Lo que se protege no es sólo el patrimonio, sino también la armonía de la familia y la voluntad personal.
Derribar estos mitos es fundamental. El testamento no es un privilegio, ni un lujo, ni un acto que limite derechos. Es un instrumento legal accesible, flexible y eficaz que asegura que la voluntad de la persona prevalezca y que la familia no tenga que enfrentar procesos innecesarios.
El verdadero mito es creer que siempre habrá tiempo. La verdad es que el mejor momento para proteger a la familia es ahora.
¡Este mes del testamento, acércate a tu Notario de confianza!
ADVERTENCIA: El presente texto ha sido preparado con fines exclusivamente informativos y de divulgación general. El lenguaje utilizado es intencionalmente sencillo, evitando tecnicismos jurídicos, con el propósito de explicar de manera clara algunos conceptos básicos sobre el testamento. No constituye asesoría legal personalizada ni sustituye la orientación profesional que cada caso particular requiere. Para recibir una atención integral y adaptada a su situación, póngase en contacto con un Notario Público.
// Mtro. Ilan Eichner