“El miedo de la mujer a la violencia del hombre es el espejo del miedo del hombre a la mujer sin miedo”. 

Eduardo Galeano

 

// Dra. Eugenia Behar Rosanes

A pesar de que la violencia contra la mujer no es un fenómeno nuevo, su reconocimiento, visualización y el pasar a ser a un problema social, sí es relativamente reciente.  Es hasta la mitad de Siglo XX con el surgimiento de las ideas feministas que se comienzan a tomar medidas contra la cultura, la sociedad y los hombres que maltratan a las mujeres, psicológica y físicamente. El hecho de que persista la violencia contra las mujeres en nuestra sociedad sigue siendo un problema alarmante y de extrema gravedad, a pesar de los enormes avances registrados en su erradicación. Todavía hay mucho por poner en práctica, pues la violencia machista sigue siendo una lacra mundial que afecta a las mujeres.

El cine como herramienta de comprensión y transformación social ha registrado históricamente un uso frecuente de la representación de roles y estereotipos sobre la mujer y la injustificada violencia de una sociedad machista. 

El medio cinematográfico reivindica su papel como agente socializador de gran potencia, porque muestra modelos de comportamiento, produce reacciones y transmite creencias y valores. Además de ser promotor del conocimiento y de la reflexión empática hacia el problema. La violencia contra las mujeres necesita ser afrontada con propuestas que sirvan para desenmascarar los medios que la siguen justificando. 

Las películas que veremos ponen en evidencia narrativa y visual esta problemática con el fin de hacer conciencia, facilitar la interacción comunicativa que es la antesala para mantener y sostener una actitud crítica, creativa y solidaria con las mujeres violentadas y así poder ayudar a erradicar la violencia poco a poco hasta que un día logre desaparecer definitivamente.

Por ello se entiende que el cine puede propiciar la reflexión y el debate sobre la violencia contra las mujeres.

Veremos películas de diferentes países del mundo que permitirán abrir un intercambio de ideas sobre aspectos como los siguientes:  

¿Tiene alguna utilidad “aguantar” los malos tratos?  ¿Cómo puede “manejar” una mujer esa relación? ¿Qué opciones tiene una mujer maltratada? ¿Un hombre posesivo lo que muestra es que quiere a su pareja? ¿En qué sentido el amor está vinculado a la “posesión”? ¿Quién bien te quiere te hará llorar? ¿A pesar de ser una mujer valiosa e inteligente, tiene que estar bajo el dominio de su marido? ¿Debe ser una locura amar a un ser despreciable? ¿Qué efectos en la salud puede tener el maltrato psicológico? ¿En qué momento una mujer debe decir “basta”?  ¿Las mujeres que mantienen una relación con maltratadores albergan la fantasía de conseguir que cambien? ¿Qué claves pueden tener las mujeres que están siendo maltratadas para cortar una relación perversa? ¿Llegan a plantearse buscar ayuda profesional? ¿Tiene “salidas” una mujer que padece malos tratos permanentes basados en el poder y el miedo y alargados en el tiempo?  

Por ello invito a debatir y reflexionar en forma grupal sobre esta polémica temática, porque ver cine en grupo puede resultar una actividad terapéutica y participar sobre el contenido de una película promueve el enriquecimiento compartido. Y, sin duda, en el Dépor la experiencia será única.

 

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