
Mientras otros países enfrentan o esperan la tercera ola del coronavirus,
dando pie a nuevos confinamientos y cierres de fronteras, en Israel el SARS-CoV-2 es prácticamente cosa del pasado. Justo hace unos días el Ministerio de Salud del país del Medio Oriente comunicó que analiza la posibilidad de suprimir la exigencia de portar mascarillas en los espacios públicos. Desde febrero los israelíes disfrutan de una nueva normalidad con libertades admirables para grandes potencias, pues los cuatro millones de vacunados con las dos dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech, ahora cuentan con el pasaporte verde, una aplicación que le da libertad a las personas de ingresar a lugares públicos sin restricciones.
El modo de uso es muy sencillo, descargan una aplicación autorizada por el sector salud, con la cual podrán cotejar sus datos de vacunación con los que tiene el Gobierno y es así como demuestran en los locales que ya pueden entrar a gimnasios, hoteles, piscinas, entre otros lugares, sin temor de propagar o contagiarse del virus.
Aunque desde febrero para toda la población de Israel hubo una apertura de tiendas, mercados, centros comerciales, bibliotecas y museos. Hay actividades que solo están permitidas para quienes tienen acceso al pasaporte verde, como eventos deportivos o culturales masivos.
Este método también tiene una versión con un código QR que puede ser leído electrónicamente en los establecimientos, incluso lo pueden imprimir para presentarlo en físico o llamar a la línea de atención telefónica. El pasaporte verde, que es el primer paso del Gobierno israelí para garantizar la apertura completa de la economía, tiene una validez de seis meses, que comienzan a partir de la primera semana después de que el ciudadano recibió la segunda dosis.
Fuente: milenio




