Un componente clave en la preparación para Rosh Hashaná

es pedir disculpas a toda persona a quien le pudiésemos haber hecho un mal durante el año anterior. En lo posible, queremos comenzar el año con una pizarra limpia, sin que nadie nos guarde rencor. También debemos ser rápidos en perdonar a aquellos que nos han hecho algún mal.

Mucha gente tiene la costumbre de ir a la mikve antes de Rosh Hashaná después del mediodía. La mikve, que tiene el poder de purificar ciertos tipos de impurezas espirituales, puede ser una parte importante del proceso de teshuvá (retorno a D-os).

Otros tienen la costumbre de visitar algún cementerio en la mañana previa a Rosh Hashaná y rezar en las tumbas de los justos. Por supuesto, no le rezamos a los justos, sino solo a D-os, quien oye nuestros rezos en mérito de los justos.

En la mañana antes de Rosh Hashaná, realizamos hatarat nedarim, la anulación de promesas. En términos halájicos, decir algo tan simple como “Me niego a volver a comer dulces” puede ser considerado una promesa con valor legal a los ojos de la ley judía. Es por eso que, antes de Rosh Hashaná, anulamos nuestras promesas, tanto si fueron realizadas intencionalmente o no. Esto se realiza de pie frente a tres hombres adultos. Ante ellos solicitamos anular las promesas que realizamos. El texto completo puede ser encontrado en un Sidur o en un Majzor (libro de rezos) de Rosh Hashaná.

Fuente: aishlatino

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